Los expertos contratados por el Gobierno de Canarias avisan de una posible marea roja tras las microalgas

El investigador del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universalidad de Las Palmas de Gran Canaria Javier Arístegui (c)  junto a los doctores Antonio González Ramos (i) y Mar Benavides (d) que han elaborado un informe sobre las microalgas.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Los expertos contratados por el Gobierno para estudiar el bloom de cianobacterias que afecta al litoral de varias islas canarias son contundentes en muy pocas conclusiones y son partidarios de seguir estudiando. Pero ya advierten: tras las microalgas puede producirse una marea roja que provoque la muerte masiva de peces y organismos marinos.

Sí tienen acreditado que las corrientes marinas de Canarias son capaces de arrastrar por todas las islas vertidos o incluso un bloom de microalgas como el que prolifera estas semanas en el archipiélago. Su comportamiento suele seguir un patrón que lleva a arrastrar con fuerza desde La Gomera hasta Tenerife y después al norte de Gran Canaria.

Este es uno de los fenómenos que explicaría la presencia de cianobacterias en la playa de Las Canteras. Los científicos afirman que un vertido como el del pesquero ruso Oleg Naydenov o de petróleo (si hubieran prosperado las prospecciones de Repsol frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote y se ocasionara un accidente) puede llegar rápidamente a las costas de todas las islas. Los técnicos creen que su origen está relacionado con un aumento de la temperatura del mar y mayor presencia de calima (probablemente ligada al fenómeno El Niño, que ha sacudido el Pacífico este verano).

Los científicos del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y del Instituto de la Investigación para el Desarrollo (IRD) han insistido este miércoles en Las Palmas de Gran Canaria, en una rueda de prensa convocada por el Gobierno, que resultan más preocupantes los efectos secundarios de estos bloom, como el crecimiento de especies tóxicas de fitoplacton, las conocidas como mareas rojas que hace dos décadas llegaron al Golfo de México y que pueden generar una “gran mortandad de peces y organismos marinos”. Este fenómeno se generaría por una liberación al medio de carbono y nitrógeno en exceso.

Los técnicos Javier Arístegui, Antonio González y Mar Benavides trabajarán en los próximos días recogiendo muestras de estas cianobacterias Trichodesmium y aunque, de momento, no ven indicios ni cuentan con investigaciones de peso que puedan relacionarlas con los vertidos, abogan por que el Gobierno de Canarias apueste por la investigación y por que estos estudios se mantengan en el tiempo, fundamentalmente por el hecho de que se puedan generar estas mareas rojas.

En caso de producirse, recomiendan seguir las intrucciones que se llevaron a cabo en la costa de Florida e informar en todo momento a la ciudadanía de su presencia. Aunque no ven necesario que hubiera que cerrar el baño sí que subrayan las consecuencias que podría tener para la fauna marina.

Efectos en la salud y causas

Sobre la peligrosidad que pueda tener Trichodesmium en la salud de las personas, los técnicos señalan que no son expertos en toxicología, que no hay ningún estudio contundente sobre ello y que no se han dado casos concretos de desarrollo de enfermedades en humanos. La relación de microalgas con tumores u otras enfermedades insisten en que no está probada y, por tanto, no se debería generar alarma social sobre ello.

Más que en las consecuencias negativas de esta bacteria, que genera nutrientes para otras especies y, sobre todo, ayuda al océano a absorber ingentes cantidades de CO2, la experta Mar Benavides cree que hay que preocuparse más por las especies tóxicas de fitoplacton que se puedan desarrollar.

Los científicos concluyen en su informe que el Trichodesmium no es una especie invasora, vive especialmente en el sur de las islas (por la calidez y la calma del agua). Los aumentos anómalos de temperatura, la falta de alisios y la calima les lleva a aumentar su tasa de reproducción y a un proceso conocido como “muerte celular programada”, cuando forman estos blooms.

Se trata de un episodio que también se vivió en las Islas 2004 y 2011 por las mismas causas, aseguran. La diferencia de este año es que las condiciones climatológicas como aumento de la temperatura del mar, calima y ausencia de alisios han perdurado tres meses.

Los trabajos de los próximos días consistirán en tomar muestras de ADN, de su densidad... aunque insisten en la importancia de conocer su evolución y que sea un trabajo continuado en el tiempo.

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