La Gomera: del primer positivo en España por coronavirus a la confección masiva de mascarillas

Algunas de las mascarillas ya terminadas

Romina Cabeza Izquierdo

San Sebastián de La Gomera —

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Fue el pasado mes de diciembre, en pleno período de preparativos navideños cuando llegaba por primera vez desde Wuhan, en China, un término que por ese entonces desconocíamos, pero que a partir de ese momento causaría miles de muertes en el mundo y que pasaría a abrir cada informativo. El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el coronavirus, que origina la enfermedad del COVID-19, como una pandemia, un virus que se ha extendido a 188 países, produciendo mayor impacto en Italia, España y China.

El primer caso de COVID-19 detectado en España fue el 31 de enero, un turista alemán que se encontraba de vacaciones en La Gomera y que dio positivo al haber mantenido contacto en su país de origen con un infectado por el virus de Wuhan. A partir de ese momento, se estableció todo el protocolo correspondiente y después 15 días aislado en la isla, recibió el alta hospitalaria al haber dado negativo dos veces en las pruebas que le fueron realizadas.

Pero, a pesar de ese registro como primer punto español en detectar un caso y de que la incidencia posterior de la enfermedad ha sido mínima, la isla de La Gomera se convirtió de nuevo en protagonista por la iniciativa de un grupo de mujeres que, ante la carencia de material sanitario, se conjuró para confeccionar más de cien mascarillas al día. Una iniciativa que ha sido impulsada por el Cabildo de la isla para garantizar de esta forma existencias suficientes en los centros sanitarios gomeros.

Las han elaborado siguiendo determinadas instrucciones recomendadas desde el ámbito sanitario, es decir, en cuanto a las características de estas protecciones deben tener doble tela de algodón o tela tupida y las dimensiones deben ser dos trozos de 21 por 21 centímetros, con tres pliegues centrales para que de esta manera quede rectangular.

Por una buena causa

Una de las voluntarias que se apuntó a esta idea fue Teresa Barrera: “Todo lo que sea ayudar, bienvenido sea. Es momento de echar una mano en lo que se pueda, de aportar”. Así nos los cuenta esta costurera de San Sebastián que reconoce que cada día puede hacer entre 50 y 100 mascarillas. Y aunque llevaba tiempo sin sacar la máquina de coser, afirma que al momento de hacerle la propuesta, aceptó. “Lo último que había confeccionado era un vestido para mi nieta, ya sabes, para pasar un poco el tiempo, pero dedicarme profesionalmente a la costura, no”.

Desde hace una semana ha vuelto a retomar la costura “por la mejor de las causas”, como ella misma destaca. Tras recibir las instrucciones en lo que a la forma de elaboración respecta, le dedica varias horas al día a las telas, que por cierto, ya no son exclusivamente de color blanco o verde, “son alegres, algunas tienen varios colores, otras son de cuadros, lunares o dibujos, aunque lo importante siempre es hacerlas como nos han dicho y que sean seguras para todo el personal que las tenga que utilizar”, apuntó Barrera.

Haciendo lo mismo hay alrededor de una docena de personas voluntarias distribuidas entre los diferentes pueblos de la isla las que están contribuyendo con su trabajo a esta labor. El material con el confeccionan cada mascarilla es cedido por el Cabildo de La Gomera, telas que han sido adquiridas en la isla y que por el momento como así nos confirman fuentes de la institución, calculan que por el momento tienen suficientes.

Las lentejuelas son ahora filtros

Otro voluntario al que le ha parecido una interesante iniciativa es Juan Robaina, de Hermigua. Un tapizador que se ha adaptado siempre a los cambios que la vida le ha puesto por delante. Cada tarde, al llegar de su trabajo, se sienta frente a la máquina que también le ha visto coser disfraces para el carnaval o para la comparsa del pueblo y comienza a hacer mascarillas. La diferencia es que ahora ha cambiado el tipo de tela y las lentejuelas, por los filtros. “Me dijeron que si podía echar una mano, ya que había poca gente, y la verdad que enseguida dije que sí, es necesario ayudar”, alega Robaina.

“Parece que es fácil, pero lleva su trabajo. Hay que hacer los dobleces y las líneas tienen que quedar rectas”, resalta con motivación. A su vez anima a los vecinos de la isla que sepan coser que se unan a la iniciativa, para de este modo multiplicar el número de mascarillas. “Hay que saber un poco de todo, una vez hice un curso online de corte y confección y al cabo del tiempo fuí yo quien lo impartí a través del Ayuntamiento. Uno a veces desconoce lo que puede proporcionar a quienes lo necesitan, como es el caso. Son dos cosas que me gustan, la costura y poder contribuir con lo que sé, el poder ayudar”, destaca.

Otra vecina del mismo municipio coincide con Robaina al afirmar que la confección de estas mascarillas “llevan su tiempo”. Se llama Carmen Teresa Darias y siempre ha estado muy unida al desempeño de la costura, tanto haciendo disfraces de carnaval, como trajes tradicionales o las conocidas bandas que llevan los ganadores y las ganadoras en los certámenes de belleza. “Nunca antes había hecho esto, pero así ayudamos y de alguna forma también estoy entretenida”. En menos de una semana ha realizado casi 200 “porque una vez que comienzas, pues le vas cogiendo el truco. Tienen algo muy bueno y es que las puedes lavar con lejía y reutilizar de nuevo”, aclaró Darias.

“Las hago reforzadas, con doble forro y filtro, por eso es que no es posible hacer una cantidad inmensa diariamente, ya que lo importante en este caso es que queden bien”, explicó esta costurera gomera.

Otras medidas

En la isla colombina también se han llevado a cabo otras medidas preventivas como el programa de Servicio de Atención Domiciliaria “Vamos a ti”, impulsado también por el Cabildo y con el que las personas con mayores dificultades económicas podrán tener acceso a compra gratuita, previo estudio de su situación por parte de los servicios sociales.

Por otro lado, desde hace más de una semana todos los vehículos que llegan a la isla son desinfectados en el mismo puerto. También un equipo De la Cruz Roja se encarga en el mismo lugar de comprobar la temperatura a todos los viajeros.

Por último y no por ello menos importante, un total de 160 operarios se están encargando en los seis municipios de la isla de la desinfección de lugares y puntos claves, como infraestructuras públicas, mobiliario urbano, plazas o centros sociosanitarios.

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