Primera petición oficial de dimisión para el decano de la ULPGC condenado por un delito de falsedad documental

Juan Manuel Benítez del Rosario,  en el juicio celebrado en julio. (ALEJANDRO RAMOS)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

Tres meses después de la condena de cárcel al decano de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo (FEET), Juan Manuel Benítez, por un delito de falsedad documental, llega el primer pronunciamiento oficial en el seno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para pedir su dimisión. El departamento de Análisis Económico Aplicado, uno de los cuatro que conforman la FEET, acordó en un consejo extraordinario celebrado el pasado 11 de octubre trasladar al rector y a los órganos de gobierno de la universidad su preocupación por la imagen proyectada por la institución con la continuidad de Benítez en el cargo.

“Se trata de un pronunciamiento de cara al rector, no tiene más efecto que transmitir la idea de que esta persona debe dimitir. No criticamos su labor del día a día ni la de su equipo, que valoramos. No se trata de una cuestión de animadversión, sino de quién debe representar a la facultad. Creemos que no puede ser una persona con antecedentes penales, menos por falsedad documental”, señalan fuentes del departamento, que consideraban necesario romper el silencio que ha reinado desde entonces en torno a esa condena y que algún sector de la universidad se manifestara públicamente para defender la ética en la institución.

En el juicio celebrado el pasado 11 de julio, Benítez reconoció los hechos que le imputaba la Fiscalía, su participación en la simulación de un contrato de trabajo para lograr que su pareja, de nacionalidad cubana, obtuviera el permiso de residencia en España. El decano contó para ello con la colaboración del exdiputado nacional José Carlos Mauricio, histórico dirigente del nacionalismo canario, que accedió a falsear ese vínculo laboral para hacerle un favor a quien entonces consideraba su amigo. Con el atenuante de confesión, Benítez fue condenado a seis meses de cárcel y una multa de 1.800 euros, al igual que su compañera sentimental. Mauricio, que defendió su inocencia, a quince meses de cárcel y una sanción de 2.400 euros.

El consejo de Análisis Económico Aplicado, un órgano de decisión de los asuntos que afectan al departamento. está formado por más de 30 miembros, entre profesores y personal de administración. El colectivo de alumnos no está representado en la actualidad al encontrarse vacantes los puestos. La petición de dimisión se produjo tras una votación secreta celebrada como consecuencia de un ruego del consejo anterior. Las fuentes consultadas admiten que la asistencia a ese consejo no fue masiva, pero defienden que fue correctamente constituido, con el quórum necesario (un 33% en segunda convocactoria) para adoptar decisiones.

El pronunciamiento de este departamento es un toque de atención al rector, Rafael Robaina, y a los órganos de gobierno de la ULPGC, pero no supone el inicio de un proceso para tratar de que Benítez abandone su cargo. Para ello sería necesaria la convocatoria de la Junta de Facultad para promover una moción de censura contra el decano, algo que de momento nadie ha planteado, o que el propio rector lo cesase, una opción que ya se ha descartado al entender el máximo representante de la institución sanitaria que se trata de un asunto que afecta estrictamente a la esfera privada de Benítez y no trasciende a la actividad pública del docente.

El decano de Economía renunció a un segundo cargo, el de representante de docentes e investigadores en el Consejo Social, el órgano encargado de supervisar la actividad económica y la gestión de la ULPGC, tan solo un día después de que Canarias Ahora publicara la noticia de que había sido nombrado a propuesta del Consejo de Gobierno apenas diez días antes de sentarse en el banquillo y admitir los hechos por los que ha sido condenado. Benítez no llegó a tomar posesión de forma oficial. Unos días antes de presentar su renuncia “por motivos personales”, el decano aseguraba a este periódico que no pensaba dimitir porque su condena respondía a unos hechos de su vida privada y nadie se lo había pedido. Confesó que actuó “por amor”, convencido de que no estaba haciendo “nada mal” y que había pasado “tres años de mucha angustia” por el proceso judicial.

Apoyo de los estudiantes

Juan Manuel Benítez también ha recibido apoyos desde su propia facultad. El secretario de la delegación de alumnos de la FEET, Adonay Viera, ha remitido a Canarias Ahora una carta de agradecimiento al decano “por la gran labor de gestión que ha llevado a cabo en sus años de mandato, su compromiso con el trabajo, denotando su gran vocación y, especialmente, de compromiso con los estudiantes, siempre pensando en mejorar la calidad académico-universitaria”.

“La condena es por un tema personal que en nada afecta a su labor como decano. No somos nadie para juzgar moralmente a una persona”, ha manifestado Viera.

En la carta, que está fechada el 4 de octubre, la delegación cita como ejemplos de su “buena gestión” la firma de convenios para programas de movilidad con países europeos, el “fomento de las buenas relaciones entre representantes de estudiantes de multitud de universidades”, al permitirles “asistir a congresos que se realizan dos veces cada curso” con organizaciones similares en otros puntos de España o “pequeños detalles que marcan la diferencia”, como que el decano “siempre mantiene abiertas las puertas de su despacho” para atender “en cualquier momento” la necesidad de los alumnos.

“Nuestro decano ha demostrado su amor por esta institución con más de una acción”, concluye el representante de los estudiantes, que espera que esta labor “no sea interrumpida por circunstancias ajenas al alumnado y a la ULPGC”.

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