Cuando estudiar se convierte en un privilegio

El estudiante Samuel Martel

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Estudiar una carrera universitaria en una de las regiones más castigadas por la crisis económica se ha convertido en un auténtico privilegio. En ocasiones, las becas no llegan a todas las situaciones que se dan en Canarias y la tarea se complica si además tienes que salir de tu residencia habitual. Ejemplo de ello es la historia de Samuel Martel, un joven de Gran Canaria que ha tenido que abandonar los estudios de Periodismo que cursaba en la Universidad de La Laguna (ULL) después de que las circunstancias económicas de su familia se complicaran. No se trata de un hecho aislado, ya que según ha reflejado recientemente el informe PISA, el Archipiélago es una de las regiones donde sus estudiantes cuentan con un peor estatus económico y cultural, algo que además afecta al rendimiento de los alumnos.

Si a vivir en Canarias se le suma que tu familia se dedica al sector primario, cuyos trabajadores viven luchando continuamente por sacar adelante las cosechas y que sus productos se vendan a buen precio, el sueño de dar un futuro mejor a los hijos se hace más difícil. Es el caso de Samuel Martel. Sus padres se dedican a la zafra y, por tanto, trabajan por temporadas. En el momento en el que presentó la beca, en septiembre de 2015, su familia superaba el umbral de patrimonio. Y es que, además de su vivienda habitual contaban con una plaza de garaje y otra casa (según el testimonio de la madre, una vivienda heredada con más hermanos, por lo que no han podido explotarla). Al superar este parámetro, la ayuda al estudio del Ministerio de Educación le vino denegada. El joven presentó una alegación sin éxito y pidió la ayuda del Gobierno de Canarias, que le pagó la matrícula universitaria, pero no obtuvo partida para cubrir los gastos por la estancia en Tenerife y poder asistir a las clases.

Lo que no se tuvo en cuenta es que ese mismo año, según la renta familiar facilitada a este periódico, Dolores Jiménez, madre del joven, cobró un salario total de 4.272 euros y su padre Sebastián Martel 11.170 euros, más una liquidación de 1.082 euros. En total, la renta del matrimonio supera por poco los 17.000 euros. La madre señala que desde que empezó la crisis su situación ha ido a peor. En otros tiempos, su marido ganaba más dinero en la empaquetadora de tomates de Arinaga, pero el sector no atraviesa su mejor momento. Ahora mismo, la mujer cobra 650 euros al mes y su marido se acaba de incorporar al trabajo hace apenas unos días.

A ello se le suma que tras la marcha de Samuel a estudiar a Tenerife la realidad familiar se complicó al quedar su madre en paro el pasado mes de febrero y su padre en mayo. “Son situaciones que no se contemplan a la hora de pedir una beca”, remarca el joven, que terminó su primer año preparando las asignaturas por su cuenta desde su residencia en Agüimes, gracias a los apuntes de sus compañeros. Con ese esfuerzo pudo sacar adelante casi todas las asignaturas, pero ante la experiencia vivida ese año no se matriculó en el segundo curso.

Según los cálculos del joven, estudiar en Tenerife le supone 830 euros de matrícula, más 111 euros mensuales la residencia, a lo que se le añaden gastos de transporte y transporte marítimo para volver a Gran Canaria. Las cuentas no le salen teniendo en cuenta la situación familiar.

Un proyecto para que Samuel vuelva a las aulas

Olga Ney y Álvaro Artiles han sido profesores de música de Samuel Martel. Durante su etapa en el Instituto Joaquín Artiles, en Agüimes, donde estudió este joven, se impartía por la tarde esta actividad extraescolar, dentro del programa Vocalízate, unas clases que ahora organizan por su cuenta en casa de forma voluntaria. Al conocer que el futuro del joven se había truncado por la falta de posibilidades económicas quedaron impactados. “Que alguien tenga que renunciar a sus sueños sólo por dinero, que los jóvenes tengan que renunciar a lo que quieren nos dejó muy afectados”, afirma Ney.

Por ello, la pareja decidió iniciar a partir de esta historia un proyecto para “devolver a los jóvenes a las aulas”. Partiendo de que ambos son docentes con una amplia experiencia y vinculados a la música, están organizando un concierto benéfico que se celebrará el próximo 30 de diciembre en el Auditorio Gonzalo Berceo, en el municipio de Agüimes, con el objetivo de recaudar fondos para que el joven pueda volver a la universidad.

Ambos cuentan que Samuel es un joven que siempre ha sacado adelante sus estudios y que toca el violín y canta. Tras su breve paso por la carrera de Periodismo, sigue practicando música y será una de las personas que actúen en este concierto. El joven explica que este año también ha probado a buscar trabajo “de cualquier cosa” para ahorrar para sus estudios, pero que le está costando mucho. Sobre ello, Ney y Artíles añaden que el joven ha estado desanimado estos meses ya que, “estas situaciones pasan factura psicológica”, pues, a su edad, le corresponde “luchar por sus sueños”.

La pareja de docentes apunta que también rifarán una cesta de Navidad y han comenzado una campaña de Crowfunding. Señalan que “desgraciadamente” recogidas de fondos que no han sido leales y transparentes como la niña Nadia, que ha saltado a la polémica en los últimos días, enturbian las iniciativas de personas que sí que tienen buena intenciones.

Como garantía a que el dinero recaudado irá destinado a esta causa, han ideado un planning de lo que pretenden recaudar, unos 6.000 euros que garanticen el futuro del joven en los próximos años, y han creado una página web donde están colocando de forma detallada quien ha donado cada euro. Próximamente, aseguran que irán informando de a qué se destinará cada cantidad. Además, hay quienes han donado a la causa otros elementos importantes como el lugar donde se va a celebrar el concierto…

Los impulsores de esta iniciativa explican que tras esta experiencia, se plantean hacer una encuesta para conocer qué otros jóvenes de Canarias se encuentran en esta situación para tratar de ayudarles y que no queden fuera de la universidad sólo por motivos económicos.

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