Una exposición fotográfica recuerda el drama de los marineros abandonados en el 'Iballa G'

Un visitante durante la inauguración de la exposición fotográfica 'Óxido' de la artista grancanaria Sara Yun, dentro de la Bienal FotoNoviembre 2015. (EFE/CRISTÓBAL GARCÍA)

Efe

Santa Cruz de Tenerife —

La exposición fotográfica Óxido, inaugurada este martes en el Tenerife Espacio de las Artes TEA, recuerda el drama de los veinte marineros que en 2009 fueron abandonados a su suerte durante cinco años por el armador del petrolero Iballa G en el Puerto de La Luz y de Las Palmas.

La muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 17 de noviembre dentro de la programación de la XII Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife Fotonoviembre, alza la voz contra esta injusticia por la que se dejó de pagar los salarios a los marineros, que le reclaman al armador, que se declaró insolvente, 184.650 dólares.

La fotógrafa grancanaria Sara Yun es la autora de esta exposición, compuesta por 24 fotografías -de las más de 2.000 que hizo durante dos años y medio- que retratan el día a día de los marineros en el petrolero Iballa G, que en junio de 2014 se lo llevaron a Turquía, no se sabe bien si para desguazarlo o para repararlo.

Yun explica que la rutina de los cuatro marineros que quedaron dentro del barco para pedir justicia, era muy dura, vivían sin electricidad ni agua caliente y sobrevivían gracias a las ayudas de la asociación Stella Maris y de personas anónimas que les dieron alimentos, mantas y acceso a un médico.

Casos como los de Ismael Reyes (Cuba), Issa Sidi Fall (Mauritania), Mor Thiam (Senegal) y Pedro Leyva (Cuba) “no son en absoluto un hecho aislado”, asegura la fotógrafa, para quien representan a otros muchos que están olvidados “de la mano de todos” y nadie se hace responsable de ellos.

Invisibles ante la sociedad, estos dos africanos y dos cubanos lucharon durante cinco años por recuperar el dinero que les correspondía, malviviendo en un barco en el que, tal y como refleja la exposición, pasaban las horas leyendo, jugando al ajedrez, rezando o, simplemente, charlando entre ellos.

Todo acabó cuando el armador del petrolero Iballa G, al que la ONG Stella Maris interpuso una denuncia por dejar de pagar a los marineros, se declaró insolvente y se llevaron el barco a Turquía, detalla la autora de la exposición, patrocinada por Clece Social.

Fue entonces, después de cinco años, cuando tuvieron que salir del barco y buscar un nuevo hogar sin haber cobrado aún el dinero que les deben y siendo considerados inmigrantes irregulares.

Issa Sidi Fall, además de su trabajo, perdió a la que iba ser su mujer al quedarse cinco años en el barco esperando, pues ella no pudo aguantar la espera y su familia la entregó a otro hombre.

También perdió durante su estancia en el petrolero a un compañero, que falleció al caer al mar cuando intentaba acceder al barco que estaba atracado en tercera línea del muelle de Las Palmas.

Este marinero reclama entre 7.000 y 9.000 euros por los cinco meses que trabajó en el barco y en los que dice que solo cobró 600 euros.

Ahora Issi vive en Fuerteventura con su mujer, a la que conoció en Gran Canaria cuando salió del barco, y con sus tres hijos y espera a conseguir los papeles que le permitan trabajar de manera regular en España para poder sacar adelante a su familia.

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