Un grancanario, entre los “héroes anónimos” de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático

Azarug Justel nació en Pozo Izquierdo (Gran Canaria) hace 18 años y en la actualidad estudia Ciencias del Mar en La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. A principios de este mes fue seleccionado por Greenpeace para acudir a la Cumbre del Cambio Climático de las Naciones Unidas, que arranca el próximo 30 de noviembre en París, como uno de los siete héroes anónimos por el clima, en su caso, representando a La voz del mar.

Justel es un activista de la isla ya que formó parte de la Coordinadora Canaria Contra las Prospecciones realizadas por Repsol en aguas del Archipiélago hace ahora un año, y continúa unido a la Coordinadora Canaria Contra la Regasificadora y a la Asamblea de Santa Lucía contra las Prospecciones, esta última sigue funcionando a pesar de que el Rowan Renaissence se marchara en enero de las Islas y ha organizado este año la III Jornada del Litoral y el Medio Ambiente, que tuvo lugar en Pozo Izquierdo. A ello se le une su pasión por los animales y aunque ahora estudia Ciencias del Mar, estuvo tentado en estudiar Biología; no obstante, sigue comprometido y en estos momentos participa en la campaña de recogida de pollos de pardelas cenicientas accidentados.

Aunque la cumbre arranca el 30 de noviembre, La voz del mar no podrá estar en ella por motivos académicos, por lo que participará en la COY 11, que es la Conferencia de la Juventud y que tendrá lugar también en la capital francesa del 26 al 28 de este mes. Se trata de un encuentro juvenil en el que tendrán lugar una serie de conferencias, formaciones, además de la manifestación el 29 en la Marcha Mundial por el Clima. “Con ello queremos dar a entender a los políticos que de verdad se quiere un cambio”, subraya Justel.

Héroes anónimos por el clima es una iniciativa que lanzó Greenpeace en julio de este año y en la que se inscribieron un millar de personas para encontrar a personas que en su día a día lucharan para salvar el planeta. En el caso de este activista grancanario fueron sus amigos quienes lo apuntaron y cuando se lo dijeron le pareció una buena idea. Meses más tarde, el grupo ecologista se puso en contacto con él y con las otras seis personas; Claudia, una estudiante de 14 años de Getafe; Nathalie, una estudiante de 17 años de Barcelona; Jorge, bombero y productor fotovoltaico de Alcobendas; Iñaki, arquitecto sostenible de Madrid; Carolina, truficultora y veterinaria de Cuenca, y Carlos, de 74 años, expiloto de avión y viticultor originario de Valencia y residente en Pozuelo del Rey.

Desde su punto de vista, el estado del mar en Canarias en cuanto a su situación costera y al desarrollo de la biodiversidad marina es “pésimo porque el litoral está sufriendo una explotación de la industria hotelera y en materia de puertos e infraestructuras energéticas”. Y como ejemplo pone el Puerto de La Luz y de Las Palmas, construido en el siglo pasado “generando un impacto increíble en el medio marino y en la zona de La Isleta sobre unos gigantescos arenales”.

¿Y qué propone para luchar contra ello? La movilización de los ciudadanos ya que desde su punto de vista la clave para hacer frente a estos abusos es la movilización social. “Para ello hay que tener una conciencia que no tenemos y que tenemos que empezar a desarrollar y construir”. Así, sostiene que hay que empezar con el más cercano a inculcarle que hay que cuidar el medio ambiente y el medio marino, sobre todo en Canarias que se está rodeado de agua. Y recuerda que en su caso fue su padre quien le enseñó a tener esta conciencia medioambiental, aunque también aclara que los profesores en el colegio y, sobre todo, en el IES Santa Lucía, le animaron a preocuparse por la naturaleza.

Sobre su viaje a París, espera aprender en materia de cambio climático, activismo y actuaciones y compartir experiencias de los compañeros de otras partes del mundo. “Mi expectativa es que de una vez por todas se actué, es la cumbre 21ª y hemos esperado demasiado para hacer algo que tenga fuerza y potencia. Hemos visto que Kioto no sirvió para nada, los países que más emisiones de CO2 generaban siguen siendo los mismos, por lo que tenemos que buscar una solución tangente que acabe el problema”, subraya.

Defensor de las energías renovables, cree que Canarias es el lugar ideal para plantear un cambio del modelo energético “ya, de forma expresa, rápida y eficiente” porque las emisiones de CO2 en la actualidad son insostenibles y el impacto de las grandes infraestructuras para producir energía es muy grande, aunque reconoce que los parques eólicos y fotovoltaicos también generan impacto visual, pero opina que se contrarresta gracias a la reducción de gases a la atmósfera. “Podemos ser el ejemplo para el territorio español y para otras zonas del mundo”, advierte.