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''La guerra se prepara en Europa''

Juan Carlos Navarro dice “buenas noches” por teléfono desde el Círculo Polar, donde, en esta época del año, no oscurece. Su voz suena menuda por teléfono. Han pasado algo más de cuatro horas desde que, a las 16.00 horas de este miércoles, salió de la comisaría de la localidad sueca de Lulea, donde ha permanecido retenido más de 24 horas durante una protesta antibelicista en la mayor base de pruebas militares de Europa. “La guerra se prepara en Europa”, se queja.

Unas 30 personas fueron detenidas en el asalto al recinto. El objetivo: pintar un gran símbolo de la paz de color rosa y colocar un cartel con el lema “War starts here. Let's stop it here” (“La guerra empieza aquí. Parémosla aquí”). “A nuestro grupo nos tocó saltar por una valla frente a un hangar en el que habíamos visto aviones novedosos”, cuenta Juan Carlos. “Tuvimos muy pocos segundos para saltar”, explica. Solo tres consiguieron traspasar la verja. La detención fue “inmediata”.

“La valla estaba protegida por coches que cruzaban de un lado a otro a toda velocidad”, dice, “nos tenían vigilados”. Otros grupos sí tuvieron más suerte. Consiguieron colarse y completar la misión: “Nos quedamos en la carretera y montamos una acampada en honor al 15-M”, la Acampada Ártico, “si hubiésemos podido, habríamos pintado un avión”. No hubo tiempo.

La puesta en libertad de Juan Carlos, grancanario, y de Antonio Merino, el otro compañero español (el zaragozano Miguel Aguilera Lizárraga aún permanece retenido) no ha sido tan rápida. Desde que fueron detenidos sobre las 13.00 horas del martes, han pasado más de un día en el calabozo. “Hemos ido saliendo con cuentagotas”, explica. En total, diez activistas pasaron la noche en la comisaría. Otros 20, de nacionalidad sueca, salieron inmediatamente, ya que las autoridades no consideraron que existiese riesgo de fuga, como en el caso de los extranjeros, según Juan Carlos. Los otros siete liberados hoy han tenido que pagar multas “de distintos precios”: entre 1.100 y 3.500 coronas suecas (de 120 a 380 euros).

Y aún quedan tres. “Esperamos que mañana los pongan en libertad”, dice, “porque corren el riesgo de que se les lleve a juicio” por desobediencia civil. Eso podría significar prisión preventiva durante varias semanas, según el comunicado difundido por el colectivo Aletenativa Antimilitarista. Unas 200 personas se han manifestado durante todo el día a las puertas de las comisarías de Lulea y Pitea, el otro centro donde se ha encerrado a los activistas. Esta noche, unas 30 personas permanecerán haciendo guardia frente a las puertas, como protesta.

Un campo de maniobras del tamaño de Bélgica

El Campo de Ensayo Aeroespacial del Norte de Europa (NEAT, por sus siglas en inglés) es, según reza su página web, “el mayor campo de maniobras de Europa”. Unos “24.000 kilómetros cuadrados con 3.000 militares de diversas nacionalidades”, según el activista Juan Carlos Navarro. “Un campo de experimentación del tamaño de Bélgica”.

Las maniobras que allí se realizan sirven, principalmente, para probar prototipos de armamento aéreo o perfilar dispositivos como los drone, aviones no tripulados utilizados por los ejércitos en misiones de observación, pero también de defensa o ataque con misiles. “El bombardeo a Libia ha sido ensayado aquí”, reinvindica Juan Carlos.

Precisamente, el objetivo de la “acción de desobediencia civil” llevado a cabo por unos 70 activistas de una decena de nacionalidades era llamar la atención sobre la implicación de Europa en el desarrollo de armamento. “Un país con una imagen pacífica y neutral como Suecia está prestando su territorio para este tipo de pruebas”, se queja Juan Carlos Navarro, “en mitad de un bosque maravilloso”.

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