“Es una gran ironía que España note más la huelga de controladores franceses que los paros de los españoles”

Susana Romero, a la izquierda de la imagen, en una foto de USCA.

Teresa Cárdenes

Las Palmas de Gran Canaria —

La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) acaba de lanzar este lunes una nueva convocatoria de paros parciales que se realizarán en franjas de tres horas durante cuatro días de julio: tres horas durante la mañana de los días 11 y 25 y tres horas por la tarde los días 12 y 26. Los controladores vuelven a convocar estos paros tras fracasar en junio en el intento de llegar a un acuerdo con Enaire, el ente que controla la navegación aérea en España tras la reestructuración emprendida para afrontar la privatización parcial de los aeropuertos españoles a través de AENA. La reclamación de USCA son las mismas que motivaron los paros de junio: la reclamación de que se desactiven los expedientes sancionadores abiertos a 61 controladores aéreos de Barcelona justo después de que se archivara su causa en la vía penal y la readmisión de un controlador despedido en Santiago, todo ello por los episodios de puente de la Constitución de 2010.

En esta entrevista, la responsable de comunicación de USCA, Susana Romero, repasa el escenario en que se produce esta nueva convocatoria de paros parciales y también algunos elementos capitales de los sucesos de 2010 que en aquel momento se ocultaron a la opinión pública. El elemento clave de aquellos episodios era determinar si, como aseguraban los controladores y negaba entonces el Ministerio de Fomento, este colectivo profesional estaba en diciembre de 2010 a punto de superar el número máximo de actividad aeronáutica legalmente permitida. Romero subraya que Fomento ocultó entonces deliberadamente a los periodistas y a los ciudadanos que Navegación Aérea había intentado sin éxito aumentar en un 10% y en un 5% por ciento, respectivamente, el máximo de horas que podían realizar los controladores de Santiago y de Madrid. Mientras el ministerio negaba públicamente incluso en una nota de prensa que los controladores de Santiago estuvieran pasados de hora, Navegación Aérea intentaba ampliar su cupo de actividad, pero no podía hacerlo sin la autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Los forcejeos entre los controladores y el Ministerio de Fomento que dirigía José Blanco desembocaron en un colosal escándalo en el Puente de la Constitución de 2010, con el cierre del espacio aéreo, la declaración del estado de alarma y la militarización de los centros de control aéreo. Lo que entonces no contó Fomento es que la AESA le había denegado la ampliación de horas disponibles de los controladores porque no obedecía a demandas extraordinarias de tráfico aéreo, sino a dificultades operativas del proveedor del servicio (AENA).

El sindicato USCA acaba de lanzar una nueva convocatoria de paros fraccionados para el mes de julio, después de un cierre agridulce de los realizados en junio. ¿Cual es su balance, antes de entrar en la nueva tanda de paros?

Distinguiría dos aspectos. Desde el punto de vista de la participación de los profesionales, el balance es muy positivo. Todos los controladores que se pudieron sumar lo hicieron, incluso en puestos de gestión como las jefaturas de torre o los puestos de instrucción. Por otro lado, no podemos estar satisfechos por el impacto de los servicios mínimos: no eran del 70% como sostenía Fomento, la realidad es que los controladores de frecuencia, los que hablan con los aviones, no han podido participar en los paros. Nos sentimos discriminados respecto a otros trabajadores y ya no digamos si nos comparamos con los controladores de otros países.

¿Citaría a los controladores franceses como los más combativos de Europa? También tienen convocada una huelga para los días 3 y 4 de julio.

Es difícil citar a un colectivo, pero sus huelgas han sido las más importantes y son las que más nos afectan. Es una gran ironía que las huelgas de los controladores afecten en España más que los paros de los controladores españoles. Lo veremos en los próximos días. Esto sucede porque todo el tráfico que va a Europa o al Reino Unido desde España se ve afectado. Por ejemplo, si un vuelo va de Canarias al Reino Unido, pasa normalmente por Galicia y luego por el centro de control de Brest y por tanto se vería afectado. Lo que suelen hacer las aerolíneas es cambiar la ruta y hacerlas más largas para evitar ese paso, lo que significa más millas y más costes, pero no siempre se puede evitar y es entonces cuando se producen cancelaciones o demoras.

Hablemos de la causa de la nueva tanda de paro de los controladores españoles. ¿Ha habido algún cambio respecto a los 61 controladores expedientados en Barcelona?

A pesar de las invocaciones al diálogo, Enaire está en una postura inamovible. Estamos bastante decepcionados. Con Enaire ha sido imposible avanzar por su ‘no’ rotundo a querer negociar. Por eso en USCA hemos tenido varias reuniones después de los paros de junio para valorar si había que hacer nuevas acciones.

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