Los médicos podrán definir en 7 o 10 años el riesgo de que un cáncer de mama evolucione en metástasis

La genómica permitirá previsiblemente en el plazo de 7 o 10 años definir el riesgo de que un cáncer de mama evolucione en metástasis al tiempo que permitirá prescribir tratamientos personalizados para cada tumor.

Así lo ha declarado este viernes Javier Hornedo, perteneciente al comité organizador del simposium Tratamiento Multidisciplinario del Cáncer de Mama, organizado por el Centro Oncológico MD Anderson España y el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas que se ha celebrado este viernes en Madrid.

En el simposium se ha puesto de manifiesto que en la actualidad la tendencia apunta a aplicar la quimioterapia antes de operar la mama porque, además de reducir el tamaño del tumor, esta forma de actuar representa un modelo para ensayar los nuevos tratamientos.

De esta manera, “en el plazo de 5 ó 6 meses” se puede conocer qué ha pasado en la mama con el tratamiento y “lo que ha pasado en la mama es lo que ha pasado fuera de la mama, que es el problema de este cáncer”, señala Hornedo en referencia a la metástasis.

Cuando una enferma está recién diagnosticada las metástasis no se ven, asegura Hornedo, quien explica que cuando se aplica un tratamiento después de extirpar el tumor se pierde un testigo, que es el propio tumor, que indica si la terapia es efectiva o no.

Está demostrado que las pacientes que con la quimioterapia pre-operatoria tienen una respuesta patológica completa y en el momento de la cirugía no hay evidencia de enfermedad en la mama ni en la axila tienen una evolución buena, ha agregado.

La efectividad de esta forma de actuar se acentúa con los marcadores genómicos que se están desarrollando y por los que podremos saber en un plazo breve de tiempo qué tipo de quimioterapia funciona y para qué tipo de tumor concreto.

A juicio del organizador del simposium, en un plazo de 7 ó 10 años seremos capaces de saber si un tratamiento de quimioterapia va a ser efectivo y no se tratará la enfermedad “a ciegas”.

Para ello se obtienen impresiones moleculares de los tumores que permitirán saber si necesitan quimioterapia y cual va a ser efectiva.

“Ese tipo de estudios se hacen muy bien cuando se llevan a cabo de forma pre-operatoria”, ha subrayado Hornedo.

Estos estudios, “caros” y cuyo uso es incipiente en España, se llevan a cabo en los casos de pacientes que teóricamente tienen poco riesgo de desarrollar una metástasis y se duda en darles quimioterapia.

Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de ellas que a pesar de los pronósticos las células tumorales acaban invadiendo otros órganos

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