El Estado premia a los héroes que lucharon contra el incendio que arrasó las cumbres de Gran Canaria en 2017

Los premiados posan con el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, a la entrada de la Delegación de Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria.

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El Equipo Presa y el Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria recibieron este jueves la Medalla al Mérito del Ministerio de Interior “por el alto nivel de exigencia y esfuerzo en las labores de extinción del incendio forestal” acontecido en las cumbres de la isla en septiembre de 2017.

Acompañados por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez, recogieron el reconocimiento Bronce con Distintivo Azul el jefe del Equipo Presa, el analista forestal Federico Grillo, y el responsable de la Brigada de Investigación de Fuegos Forestales (BIIF), Juan Carlos Santana, en cuyas espaldas recayó la responsabilidad de afrontar con sus equipos las primeras horas del suceso y la dirección del operativo.

El voraz fuego que se declaró en las faldas de la ladera del Parador de Turismo produjo rápidamente llamas de hasta cuarenta metros y avanzó a razón de 4 hectáreas por minuto, tanto que las imágenes de las intensas llamas llegando a la Cruz de Tejeda tomadas por el personal insular fueron solicitadas por la mayor agencia de noticias del mundo, Reuters, y recogidas por medios como la BBC, entre otros, aunque su principal función fue que la población tomara inmediata conciencia de la situación.

La voracidad llevó al Cabildo a desalojar de urgencia toda la zona y a que los responsables de los Presa y del Cuerpo de Agentes recorrieran la cumbre recogiendo personas y, finalmente, se confinaran en la Base EVA 21 del Ejército del Aire durante la noche, lo que salvó la vida de una treintena de personas.

Confinamiento en la base militar

De hecho, este incendio sirvió para demostrar que las evacuaciones son la mejor opción cuando se realizan con tiempo y de forma organizada, como sucedió con las poblaciones cercanas, pero no cuando el incendio ya se ha propagado, en esos momentos la mejor opción puede ser el confinamiento si hay lugar adecuado, ya que el 80 por ciento de las muertes en incendios se producen de hecho durante las evacuaciones. 

En todo caso, la población debe atender siempre las indicaciones de los expertos, que en esta ocasión aprovecharon las áreas tratadas durante el invierno para atravesar la cumbre y las instalaciones militares, tanto por las características de la construcción como por el trabajo que mantiene el entorno libre de vegetación, lo que no evitó pasaran la noche rodeados de amenazantes llamas, pero sí que fueran alcanzados.

La implicación del personal que trabajó a pie de llama, pues apuró en contra de su propia seguridad, fue igualmente crucial, ya que estaban en peligro varias poblaciones. 

Y es que si bien la lluvia hizo su ansiada aparición al caer la noche en el flanco norte y evitó que el fuego continuara su camino hacia Las Lagunetas y San Mateo, el flanco sureste, con el enorme peligro de que saltara a la cuenca de Santa Lucía y San Bartolomé, avanzaba imparable, pero los Presa, cuando tenían que abandonar porque las llamas se les echaban encima, permanecieron trabajando con tanta furia como la que contenía el incendio y lograron frenar in extremis un flanco de tres kilómetros.

En cuanto pasó el peligro inicial, la Brigada de Investigación se puso manos a la obra para desentrañar el origen del fuego y, junto al Seprona de la Guardia Civil, logró recoger las pruebas y testimonios suficientes para poner un sospechoso en manos de la Justicia.

Interés nacional por las quemas prescritas

Este incendio también puso a prueba el trabajo de quince años de quemas prescritas para formar mosaicos y divisiones que no se perciben a la vista pero que son franjas descargadas de vegetación que actúan de cortafuegos, ya que las llamas no encuentran combustible, pierden fuerza y el hombre se puede enfrentar a las llamas, ya que a partir de 2,5 metros supera toda capacidad humana. 

El Cabildo es pionero en las quemas prescritas a nivel nacional y, además, el comportamiento de estas áreas durante este incendio ha despertado interés de diversas autonomías y revistas especializadas. Gran Canaria también pionera en apagar fuego con fuego, es decir, arrasar la zona a la que se dirigen las llamas para que solo encuentre tierra quemada, una técnica de alto riesgo porque se realiza en las situaciones favorables al incendio.

El Cabildo, además, ha formado en estas técnicas a batallones de la Unidad Militar de Emergencias de toda España, quienes también se volcaron con la extinción de Gran Canaria junto al resto de cuerpos que intervinieron en la atención de la emergencia, que sobrepasa la tarea de extinción.

Las casas se salvaron por la limpieza

La población también merece un reconocimiento, ya que gracias a que atendió las recomendaciones de limpiar sus casas quince metros alrededor salvó a la mayoría de ser pasto de las llamas, tanto es así que sorprendía la blancura de algunas viviendas que resaltaban en la negrura de las laderas por las que pasó el fuego, de modo que la eficacia de mantener las propiedades limpias de maleza también demostró su eficacia.

Con todo, el incendio fue declarado controlado el 2 de octubre y finalmente arrasó cerca de 2.000 hectáreas y causó la muerte de una vecina que intentaba salvar sus animales.

El Cabildo de Gran Canaria recogió todos los datos y enseñanzas que aportó este incendio y desde entonces ha tomado diversidad de medidas para proseguir en la prevención de fuegos forestales, que tienen la paradoja de ser cada vez más voraces a nivel mundial por diversas causas, como se ha podido observar en California, Grecia o Portugal.

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