El padre de Adou: “No soy culpable, me engañaron”

Alí Ouattara y su esposa Lucie, padres del niño Adou. (EFE/Manuel Rus)

Efe

Sevilla —

Alí Ouattara, el padre del niño al que introdujeron en una maleta para poder entrar en España por la frontera de Ceuta, ha asegurado este martes que no se siente “culpable” de lo que le ocurrió a su hijo, porque le “engañaron” y nunca pensó que lo intentarían introducir en suelo español de esa forma.

En rueda de prensa en Sevilla junto a su esposa, Lucie, y su abogado, Juan Isidro Fernández, el padre ha afirmado que intentó en dos ocasiones traer a España a su hijo mediante la reagrupación familiar, aunque el Gobierno se lo denegó porque no cobraba suficiente en la lavandería de Fuerteventura en la que trabaja.

Ante esa negativa, ha reconocido que pagó 5.000 euros para que le ayudaran por la frontera de Ceuta, aunque creyó que las personas con las que contactó en Marruecos pasarían a su hijo de forma normal y no metiéndole en una maleta.

La familia Ouattara, que este martes viaja desde Sevilla a Fuerteventura, donde residen, se reunió este lunes después de que el pequeño Adou saliera del centro de menores en el que estaba y de que su padre saliera de la cárcel tras pagar una fianza de 5.000 euros.

Cuando estaba en prisión, el padre ha afirmado que se convirtió en una persona “sin voz”, aunque más tarde se congratuló de que había “muchas voces” que hablaban por él para ayudarle.

Tras quejarse de que su hijo estuviera en el centro de menores de Ceuta en vez de con su madre, el padre ha señalado que teme no poder volver a su puesto de trabajo en la lavandería después de faltar durante un mes.

Su abogado, que ha definido lo ocurrido como “final feliz”, se ha mostrado esperanzado en que Alí no tenga problemas para volver a su trabajo, y ha apuntado que la familia ha recibido donaciones anónimas y altruistas de Alemania.

La jefa del Área de Menores del Gobierno ceutí, María Antonia Palomo, ha destacado que el conocido como “niño de la maleta” ha vivido un mes en Ceuta “ajeno” a la repercusión mediática que había tenido su caso.

“Es un niño tremendamente empático, muy majo, abierto, al que le gusta mucho el baloncesto, muy generoso y divertido, que estamos plenamente convencidos de que tendrá un recuerdo agradable de su estancia en la ciudad”, ha señalado.

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