Un pesquero español rescata a un cayuco a la deriva con siete fallecidos a bordo

El pesquero español Tiburón III, con base en A Guarda (Pontevedra), rescató la noche de este miércoles a un inmigrante vivo y a siete fallecidos de un cayuco a la deriva al oeste de Cabo Blanco (Mauritania), a unas 300 millas de Senegal. La cifra de fallecidos puede elevarse, ya que la embarcación partió con 57 personas a bordo, según el relato del único superviviente.

El transbordo de los cuerpos y el superviviente al Esperanza del Mar se produjo a las 14.30 horas, y el buque tomó rumbo a Canarias, donde llegará en unos días ya que le separan 600 millas del sur del Archipiélago, informó Salvamento Marítimo.

El superviviente, que fue hallado en un estado muy débil, aunque se está recuperando, relató a los tripulantes de Tiburón III, que en el cayuco viajaban en total 57 personas y que se encontraban a la deriva en el mar desde hace veinte días.

De momento se desconoce la nacionalidad tanto del superviviente como del resto de los compañeros que viajaban con él en el cayuco.

“A medida que iban muriendo los echaban al mar”

El patrón del pesquero, Eduardo Pérez, indicó que el superviviente dijo que había 57 personas a bordo y que “a medida que iban muriendo los echaban al mar”. Según el relato del superviviente, el cayuco partió hace una veintena de días de una localidad costera de Mauritania pero “falló el motor y permanecieron durante todo este tiempo a la deriva”, narró Pérez, quien conversó con los seis tripulantes gallegos del palangrero que regresaba a Galicia.

“Divisaron un cayuco que parecía abandonado y hallaron una persona a bordo que hizo señales y siete cadáveres”, comentó el armador, quien indicó que probablemente iban rumbo hacia las Islas Canarias.

Apuntó que el cayuco estaba “bastante inundado”, de manera que fue necesario ayudarle a subir a bordo del Tiburón III, debido además a que el superviviente “se encontraba muy mal” de salud.

El cayuco fue divisado hacia las 19:00 horas del miércoles y el hombre debilitado fue ayudado a lavarse mientras que la tripulación tomó contacto con el Esperanza del Mar para pedir instrucciones sobre el tratamiento a seguir.

Además, el superviviente relató en francés que había cadáveres a su alrededor “desde hacía siete u ocho días”. Comentó que sobrevivieron sin agua ni alimentos, pero que conforme pasaban los días y nadie acudía a ayudarlos, sus compañeros fueron desfalleciendo y “a medida que iban muriendo los echaban al mar”, dijo Pérez.

El armador precisó que en el momento en que los marineros hallaron al cayuco se dirigían hacia Galicia después de dejar a otros seis tripulantes caboverdianos en su país.

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