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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El presunto homicida del soldado pasa a disposición judicial este martes

A Alberto Morcillo, de nacionalidad colombiana, se le imputa un delito de homicidio por la muerte del soldado Ricardo Gallego Conejo, de 28 años, y otro de lesiones a Milton Bolívar Gallegos, ciudadano ecuatoriano que retuvo al supuesto homicida en el lugar de los hechos hasta que llegó la policía, señala la nota.

El soldado de Marina falleció degollado la madrugada de este domingo tras una riña que se produjo en la calle Franchy Roca de Las Palmas de Gran Canaria.

La víctima se encontraba destinada en el Arsenal Militar de la capital grancanaria.

El director gerente de la discoteca Wilson, Santiago Rodríguez, donde según fuentes policiales citadas por Efe se originó la disputa, niega que en el interior se produjera ningún tipo de riña y sitúa el lugar del mortal apuñalamiento “dos calles más abajo”.

Cuando el incidente parecía haber acabado, el colombiano agredió al joven en el cuello “con un objeto punzante y cortante”, según las fuentes.

Varios testigos de los hechos llamaron de inmediato al 112 y avisaron sobre la existencia de una persona que había sido agredida en el cuello con un arma blanca.

El personal médico de una ambulancia que se trasladó al lugar realizó al herido maniobras de reanimación avanzadas, pero no logró salvarle la vida.

En el lugar de los hechos también atendieron al hombre de nacionalidad ecuatoriana, que presentaba una herida de arma blanca en el abdomen y fue trasladado al Hospital Negrín.

El ambiente en el Arsenal Militar era de absoluta consternación este lunes. Los compañeros del fallecido recogían dinero para las coronas de flores y fuentes internas aseguraron a este periódico que el fallecido era una persona “discreta, intachable y nada violenta”.

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