Los supervivientes ''preguntaban constantemente por sus compañeros''

Los jóvenes excursionistas que conseguían salir con vida pero maltrechos de la galería del norte de Tenerife en la que fallecieron seis personas por falta de oxígeno no pensaban mucho en sí mismos, pese a su estado precario, y solamente preguntaban por los compañeros que seguían dentro. Mario Santana, médico coordinador del Servicio de Urgencias Canario, fue uno de los facultativos que pasó la noche del sábado al domingo viendo salir supervivientes en el puesto médico avanzado instalado a la entrada de la galería Piedra de los Cochinos, a la que por equivocación había entrado una excursión de treinta jóvenes.

Las labores asistenciales fueron “muy complicadas”, explicó Mario Santana. La falta de iluminación, suplida por linternas, y la dificultad de acceder a la entrada de la galería, tras un recorrido primero en todoterreno y luego caminando por un empinado sendero, eran los principales inconvenientes.

El frío de la noche se combatió con una hoguera junto a la que descansaron los excursionistas rescatados hasta que por la mañana fueron evacuados en helicóptero a centros hospitalarios. Cuando Mario Santana llegó a la boca de la galería eran ya las primeras horas de la madrugada del domingo, aunque desde la tarde del sábado ya se había desplegado el puesto médico avanzado.

Agentes del grupo de rescate de montaña de la Guardia Civil (“gente de una calidad humana extraordinaria”, apunta el médico) fueron los que sobre todo asumieron el acarreo del material.

“Les dimos alimento y agua, y los acercamos al fuego”

El médico atendió al llegar a cuatro excursionistas que habían sido rescatados en ese momento y que salieron caminando, y a otro más que fue evacuado inconsciente en camilla por los bomberos en condiciones muy difíciles.

“Los cuatro primeros estaban debilitados y deshidratados, les dimos alimento y agua, y los acercamos al fuego”. Al excursionista que estaba en la camilla hubo que suministrarle oxígeno, suero y medicación hasta que quedó estabilizado.

Más tarde otros dos excursionistas fueron sacados de la galería en camilla, con la tensión muy baja, y de nuevo tuvieron que recibir oxígeno y suero. “A medida que se recuperaban y recobraban la conciencia hablaban y preguntaban constantemente por los compañeros, preocupados por ellos”, explica Mario Santana, que de todos modos dijo que seguían todos muy débiles cuando por la mañana fueron evacuados en el helicóptero.

Pese a las dificultades de trabajar en esas condiciones tan difíciles, “les pudimos aplicar una buena asistencia y eso contribuyó a su recuperación”, comenta Mario Santana.

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