Poco disfraz y mucho abrigo en el primer fin de semana de carnaval

Carnaval de Día con la actuación del Combo Dominicano

Héctor del Toro

Auditorio José Vélez —

Ni la media hora de retraso en comenzar la Gala Infantil, ni la comparsa Kisamba, ataviada con pintalabios, butacones y collares de perlas, consiguieron apaciguar el cielo del Auditorio José Vélez, convertido en Enterprise.

Desde la actuación del primer grupo a concurso (Las Guerreras Galácticas, de Maspalomas), se dejó entrever quién sería el protagonista de la tarde: el joven cantante Abraham Mateo. En un lateral del escenario, tras la valla, apareció bailando. Sus fans se dieron cuenta y corrieron hacia él, a pleno grito. Y no dejarían de hacerlo durante las aproximadamente dos horas que duró el espectáculo.

Un grupo de chicas de entre 11 y 15 años lo dejaba claro: “Venimos por Abraham Mateo, es el mejor, es nuestro ídolo, baila bien y está bueno... y es buena persona”, exclamaban atropellándose.

En el escenario, el certamen continuaba: el Grupo Danza N.Q. se movía con una versión de Heaven, de Brian Adams, dando paso a The Unit y, más tarde, a tres limpiadoras, fregona en mano, encargadas de frenar los resbalones que se sucedían a causa del agua caída.

La comparsa Lianceiros traía de nuevo la lluvia, antesala de la actuación ganadora a cargo de Enigma, de Las Palmas de Gran Canaria: alienígenas llegados en su nave espacial y armados. Tras quitarse los cascos, descubrieron pelucas y orejas, desarrollando una coreografía con tintes drag queen que se metió al público en el bolsillo.

Imperium y Lifestyle, los siguientes participantes, también dejaron sobre la plataforma un excelente nivel.

Un Carnaval de Día fresco y mojado

Un Carnaval de Día fresco y mojadoDe las diez mil personas que se esperaban, acudió a la cita matinal menos de la mitad. La llovizna y los 18ºC que llegaron a enfriaron San Gregorio, pudieron más que las anunciadas actuaciones de Armonía Show, Tamarindos, Pepe Benavente, el Combo Dominicano, Anaé y Ray Castellano.

Pocas mascaritas, familias con niños disfrazados de princesas y caballeros, un perrito caliente humano y algún adolescente descamisado que iba de ratoncito, hacían honor a la fiesta. Los comercios intentaban reclamar una clientela dispersa con altavoces colocados en el exterior de los locales, pero ni los bocadillos preparados para la resaca lograron atraparles.

Esta semana, continuarán los actos del carnaval Un universo de diversión.

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