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El Ayuntamiento retira los animales del Pancho Camurria para evitar nuevas plagas de pulgas

La plaga de pulgas detectada a finales de junio en el entorno del Pancho Camurria está controlada.

Tachi Izquierdo

Santa Cruz de Tenerife —

Aunque la plaga de pulgas que se detectó desde el pasado 26 de junio en los alrededores del Pabellón Pancho Camurria de la capital esté controlada, los servicios municipales siguen aún con intervenciones puntuales para evitar la propagación de estos parásitos.

Una de las acciones más drásticas adoptada por las autoridades municipales ha sido, según indicó la concejala de Servicios Sociales, Alicia Álvarez, la de retirar a los residentes de este emplazamiento chabolista sus animales de compañía.

Así, según explicó la responsable municipal, los operarios del refugio de Valle Colino han trasladado a estas dependencias comarcales los perros y los gatos que convivían, según confirmó, con alguna de las 20 personas que habitan ahora en este lugar, “siempre de acuerdo con ellos”.

En este sentido, Álvarez argumentó que “se trata también de garantizar las mejores condiciones para estos animales, conforme a lo que marca la ley vigente en lo que a tenencia se refiere”, de manera que para estos ejemplares “mejoremos sus condiciones y que no se vuelva a repetir un brote de pulgas como el que se ha experimentado”.

No obstante, puntualizó que la intensidad del brote de pulgas que se presentó en los últimos días en el entorno del Pabellón “ha respondido a factores de reproducción puntuales que se han intensificado con la llegada del verano”, por lo que señaló que su erradicación requiere de una desinfección en profundidad por todo el entorno y una presencia más frecuente de equipos de trabajo.

La concejala del área social de la capital también aseguró que con los residentes de este emplazamiento se debe llevar a cabo un tratamiento individualizado, para conseguir que, con una asistencia adecuada aunque lenta, “cada vez sean menos en este asentamiento y entren en una dinámica de vida marcada por la normalización”, algo que, precisó, “ya se lleva a cabo con un equipo de trabajo en la zona para un control cotidiano”, para ofrecerles los diferentes recursos tras la valoración de cada persona que pasa por el propio Albergue Municipal (a escasos metros del asentamiento), un alquiler social o compartir pisos.

Álvarez explicó que en este poblado chabolista ya se han llevado a cabo diferentes acciones con las que integrar a sus residentes, para lo que, dijo, “hay recursos suficientes”, hasta el punto, afirmó, de que “se ha pasado de 40 a 20 residentes actuales”, algunos de ellos derivados a pisos de alquiler social, otros a viviendas compartidas o casos en los que “han vuelto con su familia”. En estos supuestos, comentó, estas personas pueden seguir con sus mascotas, pues consideró que las condiciones de la zona ahora no se puede permitir que vivan animales, porque se empeoran las condiciones de vida y la salubridad.

Alicia Álvarez negó, por otra parte, que en el Albergue Municipal se haya producido en las últimas fechas otra plaga, en este caso de chinches, pues aclaró que “el episodio que se registró a principios de junio con la presencia de este insecto, a raíz de la entrada de un usuario, se combatió como se combate a diario este asunto”, que, afirmó, pasa por aplicar insecticidas, colchones que los repelen, o productos de limpieza y de higiene personal que se usan para erradicar a este parásito.

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