Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Santa Cruz y las personas
Más de medio millar de familias santacruceras se verán beneficias próximamente del arreglo de sus viviendas, en barrios como La Salud, Ofra, Santa María del Mar y La Victoria. Para todos sus miembros, seguramente se trate de la mejor noticia que pueden recibir en este final de año, después de una espera demasiado larga.
La paralización de planes estatales como el de fomento del alquiler, rehabilitación edificatoria y regeneración y renovación urbanas ha agravado esta situación. Durante todo el mandato hemos estado pendientes de la orden ministerial que facilitase la firma de los convenios con las comunidades autónomas y las administraciones locales, igual que de la financiación de las obras. Sinceramente, la situación ha sido desesperante.
El acuerdo alcanzado ahora con el Ministerio de Fomento, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife, que confío que acabemos de firmar antes de que concluya el mes, cuenta con un presupuesto superior a los seis millones de euros. De esta cantidad, el Ayuntamiento aportará algo más de un millón de euros, asumiendo incluso, con cargo al presupuesto municipal, el 5 por ciento del recorte aplicado por el Gobierno de España a su aportación, respecto al último convenio. Todo sea por acometer, de una vez por todas, el arreglo de estas 560 viviendas, donde sus comunidades de propietarios también se comprometen a participar en la rehabilitación, a las que sumaremos otras de El Toscal, La Candelaria y Cuesta Piedra,
De todo ello dimos cuenta este viernes al Pleno de la corporación, dentro de una sesión que tuvo, además, un epílogo especialmente gratificante. Sobre todo por la intervención de dos vecinos de la Cuesta Piedra, Celso y Sara, promoviendo la adhesión al Compromiso por el barrio, un manifiesto que pone en valor la identidad y la participación.
Sin duda, la actuación llevada a cabo en su día en esta zona de la capital, con la reposición de sus antiguas viviendas, ha evidenciado que las consecuencias de este tipo de iniciativas pueden trascender más allá de lo material. Con toda la importancia que encierra disponer de una vivienda en condiciones, su verdadero valor lo adquiere con las personas que la habitan. Hacer de la vivienda un hogar.
Durante todo el mandato he tenido ocasión de sentarme, en numerosas ocasiones, con estos representantes vecinales. Su defensa de la Cuesta Piedra, su reivindicación en positivo, siempre desde la suma y la aportación, es un modelo a implantar en el conjunto de Santa Cruz.
Una pauta a seguir en todos los barrios de nuestra capital. Necesitamos interlocutores con ese mismo perfil. Identificados, organizados, representativos y dispuestos a trabajar, codo con codo, con las instituciones. De ahí mi insistencia en que cualquier actuación que emprendamos en los barrios sea conocida y valorada previamente por los vecinos. Todo lo que hagamos desde el Ayuntamiento carecerá de eficacia sin su beneplácito y compromiso.
En las últimas décadas se ha insistido en la meta de un Santa Cruz para vivir, con el que ciertamente hemos progresado. Ahora bien, llegado este instante, en una coyuntura diferente, el propósito ha de ser más ambicioso: Queremos un Santa Cruz para vivir bien. Para que todos vivan bien, no solo unos pocos. Una capital donde primen las personas y exista empleo, seguridad y calidad de vida igual para todos. Un modelo de ciudad, sobre el que trabajo día a día, que se niega a perder el Santa Cruz de siempre. Yo no quiero cambiar Santa Cruz; quiero mejorarlo.
Nuestra capital tiene cosas que no puede perder. Posee valores por los que hay que seguir luchando, todos juntos, para que pervivan entre generaciones.
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