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CRÍTICA DE CINE

Topiquera historia de superación

Fotograma del último largometraje del francés Ludovic Bernard

Almudena Díaz Cañas

Santa Cruz de Tenerife —

- Película: La clase de piano (Au bout des doigts), 2018

- Director: Ludovic Bernard

- Reparto: Jules Benchetrit, Lambert Wilson, Kristin Scott Thomas, Karidja Touré, Elsa Lepoivre, Michel Jonasz, André Marcon, Vanessa David, Samen Télesphore Teunou, Xavier Guelfi.

Lo peor de una película es que te aburra. Y eso es lo que pasa viendo La clase de piano, del director francés Ludovic Bernard. No solo porque sepas lo que va a ocurrir al final, que también es así en filmes románticas o de acción (los buenos siempre ganan y la chica se va con el chico…), pero en algunos de estos, mientras tal cosa se produce en la hora y pico de duración de la cinta, sueles estar entretenida en cómo te cuentan la historia. Esto en aquella película no pasa.

Así sucede porque su director y también coguionista quiere tocar muchos aspectos en su largometraje: la discriminación racial y social, la pérdida de un hijo, la búsqueda de la identidad, la ruptura matrimonial, el primer amor… Son demasiados platos en el aire para que no se te caiga alguno. En este caso, se le cae la vajilla completa. No sabe estructurar ni dar forma a los personajes secundarios que rodean al trío principal.

Bernard narra la historia de un joven brillante de los suburbios parisinos al que descubre el director del Conservatorio Nacional Superior de Música mientras tocaba en un piano gratuito de la estación del norte. A partir de ahí, comienza un tira y afloja entre ellos, en el que joven no quiere aceptar esa ayuda (porque no se cree digno de nada) y el director emprende una lucha quijotesca para conseguir que entre en el conservatorio y participe en un prestigioso concurso de música internacional, incluso poniendo en juego su trabajo y su matrimonio.

Qué es lo mejor de la cinta, pues sin duda la música. Las piezas musicales son excelentes y no se abusa de ellas. Es impecable no solo la ejecución sino también la explicación en algunos casos de las partituras interpretadas.

Otro punto a su favor es el trío de actores, encabezado por Jules Benchetrit, joven intérprete francés hijo de actores que ya destacó en películas como La comunidad de los corazones rotos. A su lado, Lambert Wilson (De dioses y hombres y Barbacoa de amigos), en el papel de descubridor y casi padre adoptivo del joven promesa, y luego Kristin Scott Thomas, como la condesa estirada profesora de piano. Y ya sabemos lo bien que se le da a Scott Thomas interpretar a mujeres altivas y con carácter; larga es la lista de largometrajes desde Cuatro bodas y un funeral hasta ahora.

En definitiva, fallido intento de película edulcorada que recuerda en muchísimas ocasiones a la gran El indomable Will Hunting, donde sí se transmite esa situación durísima de falta de identidad y de apoyo que puede sufrir un joven brillante en una sociedad donde solo se le ve como la escoria de un barrio marginal.

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