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'Abriendo puertas', primeras jornadas de discapacidad en las que los protagonistas cuentan sus historias

Un momento de la cita convocada por la ONG Probosco en Puerto de la Cruz

María Fernanda Suárez

Santa Cruz de Tenerife —

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El centro de congresos Taoro, en Puerto de la Cruz, acogió este jueves el inicio de las primeras jornadas de participación y ciudadanía de personas con discapacidad intelectual Abriendo puertas, organizadas por la asociación Probosco y el Ayuntamiento de La Orotava.

Durante todo el día, 400 personas se reunieron para escuchar diferentes testimonios de personas que viven esa realidad y superan retos día a día. Acudieron también varias asociaciones del archipiélago y de todo el territorio nacional, como Apnabi del País Vasco, que trabajan con personas autistas, o Adepsi, de la isla de Gran Canaria.

El acto lo abrió Elena Cañete, directora de Probosco, vestida de blanco y con una radiante sonrisa de orgullo. La acompañaron Carmen Laucírica, presidenta de Plena Inclusión Canaria; Juana María Reyes, directora del IASS del Cabildo de Tenerife; Cristina Valido, consejera de Empleo y Política Social del Gobierno de Canarias; Francisco Linares, alcalde de La Orotava, y Alfredo Luaces, director de la Fundación CajaCanarias.

“Con este tipo de cosas se consigue dar voz a un colectivo que hace solo 25 años no tenía opinión”, comentaba Valido en la apertura. En las palabras de todos los mencionados, destacó lo mucho que la sociedad debe aprender de personas con discapacidad intelectual y lo mucho que se ha avanzado en pos de sus derechos e inclusión social.

No obstante, recalcaron que falta mucho por hacer, y el trabajo debe ser constante para llegar al verdadero empoderamiento de las personas con capacidades diferentes. Muchos de los asistentes de la Península calificaron estas jornadas como pioneras en España por la magnitud y el formato de las charlas, donde hablaron los propios protagonistas.

Comunicación y planificación centrada en las personas

Uno de las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad es poder expresarse con sus terapeutas y asistentes, y poder definir su personalidad. Por esto en los últimos años se ha profundizado en métodos de trabajo mucho más especializados e individualizados para cada caso, con el fin de que los pacientes materialicen sus deseos, puedan fijarse metas y sueños que cumplir, y además enfrentarse a situaciones cotidianas que en un primer momento pueden ser toda una odisea.

La planificación centrada en las personas (PCP) es un método de trabajo que apunta en esa línea. Se diseña un plan de trabajo específico e individual, se crea un grupo de apoyo con profesionales que abarcan distintos ámbitos y los pacientes tienen un asistente personal que los acompaña cuando acuden a excursiones o eventos.

De esta manera, muchas consiguen salir de las residencias de los centros y vivir en pisos compartidos con personas que pasan por esa misma experiencia. A partir de las 10.30, distintas personas subieron al escenario y contaron cómo alcanzaron su sueño de ser autosuficientes, la mayoría desde sus propios labios y algunas con ayuda de sus asistentes.

Fue el caso de Ruben Risquete e Iker Pascual, con su ponencia En mi casa ahora y mañana. Ellos entraron en un proyecto de viviendas en la asociación Apnabi con cierto temor a esta nueva situación de compartir casa con compañeros y realizar tareas que nunca antes habían hecho.

Pero actualmente están encantados de haber salido de su zona de confort y contaron cómo se reparten todos los días las tareas del hogar, van a trabajar y salen de paseo por Bilbao.

Ocurrió lo mismo con el proyecto Mi casa, de Probosco y Plena Inclusión Social. De esta manera, las personas con discapacidad ejercen su derecho a la vivienda y trabajan en su individualidad. María del Carmen Díaz y Maribel Aguilar relataron ante el auditorio todos los beneficios que les ha traído esta iniciativa.

Un cambio cultural

Otra de las ideas que se quiso transmitir en este primer día de las jornadas es el cambio estructural que debe emprender la ciudadanía. Los valores de respeto, solidaridad, integridad, justicia y felicidad son los que deben primar para conseguir la adaptación completa de personas con discapacidad.

Con el tratamiento adecuado y el apoyo suficiente, muchos han dejado atrás sus problemas de conducta e incluso no toman medicación. De esta manera, se mejora no solo su calidad de vida, sino que todo su entorno familiar se ve beneficiado.

Muchas madres que no tenían las herramientas pedagógicas y comunicacionales para tratar con hijos e hijas con discapacidad intelectual han visto cambios muy grandes en unos años. Esto le ocurrió a Kevin Manuel Hernández, que sufría de brotes psicóticos continuos y era muy conflictivo a la hora de enfrentarse a situaciones negativas. Pero una vez entró en la asociación Adepsi, en Gran Canaria, su vida y la de su madre cambiaron radicalmente.

También se tocó el tema del voluntariado inclusivo. Hasta hace poco tiempo, asociaciones como Cruz Roja no aceptaba personas con discapacidad como voluntarios, pero Nauzet Cebaqueba Santana expuso cómo consiguió hacerse un hueco.

Insistió varias veces junto a otro compañero de Apadis para poder cumplir este objetivo que tenía en su vida y a día de hoy son siete personas de este colectivo las que participan en Cruz Roja para hacer labor social.

Además, se insistió en el derecho y la posibilidad que tienen estas personas de formar parte de los movimientos de cambio social. Esto es aplicable tanto a escala micro, en sus propios centros, como en las calles, junto al movimiento feminista o acudiendo a las urnas a votar el próximo 26 de abril, para así tomar parte de la acción política.

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