Las termitas devoran al Teatro Guimerá

Teatro Guimerá.

Noé Ramón

Santa Cruz de Tenerife —

Una plaga de termitas está literalmente devorando al Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife. Una vez que tuvo lugar el preocupante descubrimiento en el año 2009, cíclicamente se realiza un tratamiento de choque. El próximo mes de agosto tiene lugar otro capítulo más de esta guerra de guerrillas, con el fin de atajar un problema que difícilmente tendrá solución. No obstante, en esta batalla el Ayuntamiento tiene una nueva arma en sus manos: recientemente se ha identificado la variedad exacta de xilófago con lo cual se estaría más cerca de su extinción, o al menos, efectivo control, por medio del tratamiento más adecuado. El mes elegido no es casual. Agosto es cuando se paralizan las actuaciones de la temporada de primavera y se prepara la de otoño.

El problema salió a la luz en el año 2009, cuando se estaban llevando a cabo diversas reformas en el recinto cultural. En aquel entonces se inyectaron 700 litros de insecticidas a través de 5.000 boquillas. En 2011 se hizo otro tanto y en ese momento se calculó que no iba a hacer falta un nuevo tratamiento hasta que trascurriera una década. Sin embargo, dada la magnitud de la plaga se optó por repetirlo en 2014 y de nuevo se hará en el próximo mes de agosto.

Al igual que ocurre en la práctica totalidad de los edificios antiguos en los que hay maderas, el origen reside en que hasta hace poco tiempo no existía un adecuado sistema de refrigeración en el teatro. Como consecuencia el calor salía directamente por la cúpula, donde se creaba un microclima ideal para la aparición de estos xilófagos. La declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del teatro obliga a ser muy cautelosos con los elementos y hacer todo lo posible por garantizar su conservación. Tirarlos a la basura no es una alternativa.

No obstante, en algunos casos el destrozo ha sido de tal envergadura que se ha tenido que proceder a la sustitución de las piezas que estaban más afectadas. Cada semana se abren las ventanas y puertas del teatro Guimerá para ventilarlo pero en los meses de agosto es cuando se lleva a cabo el grueso del tratamiento.

Ruidos

Por otro lado, el concejal de Cultura, José Alberto Acha, indica que prácticamente se han resuelto la emisión de ruidos provocados por el sistema de aire acondicionado. El problema era antiguo e incluso anterior a las obras de rehabilitación del edificio que implicaron la instalación de nuevos aparatos de aire acondicionado aún más potentes que los anteriores.

Los propios vecinos se dedicaron durante meses a recoger firmas y trasladarlas luego ante el Ayuntamiento. Tras la rehabilitación del espacio cultural con los fondos estatales anticrisis se dedicó una parte de la inversión a mejorar este sistema con el contradictorio resultado de que, inmediatamente, los ruidos se convirtieron en aún más insoportables. Sin embargo, en 2014 se llevó a cabo una serie de actuaciones que han permitido reducir las molestias y por lo tanto las quejas de los vecinos.

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