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El maestro Esteban Francisco Hernández llena de emociones el casino de Arona

José Julián Mena, alcalde, junto al pregonero este viernes, el maestro Esteban Francisco Hernández

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

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La devoción del municipio de Arona, y muy especialmente del casco, hacia el Cristo de la Salud, así como la importancia de la educación y el papel que ha jugado durante décadas la figura de maestras y maestros, marcó anoche la lectura del pregón con el que se ha dado inicio oficial a las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora la Virgen del Rosario, las fiestas mayores de Arona.

En un acto celebrado en el Casino de esta localidad, el encargado de leer el pregón ha sido el maestro aronero Esteban Francisco Hernández, que fue presentado por el alcalde de Arona, José Julián Mena, que ha agradecido a Hernández su aceptación y su voluntad de relatar las experiencias vividas en el municipio.

El pregonero, maestro con más de 42 años de experiencia, ha comenzado sus palabras asegurando su devoción por el Cristo de la Salud: “Desde muy pequeño, cuando era monaguillo pasaba muchas horas de rodillas frente al Cristo, y ahí empezó mi gran admiración”, lo que le hizo recordar los tiempos en los que miles de peregrinos llegaban al casco histórico para celebrar el día grande.

Un pregonero con muchas experiencias a su espalda pero que, sobre todo, ha destacado las vivencias y costumbres de los años 50 y 60 en el municipio. Una época que recuerda con añoranza: “Arona es mi vida y de aquí me llevo los mejores momentos”. “Éramos muy pocos -agregó-, y todos nos conocíamos. Solo había un policía, los ventorrillos de las fiestas eran de tela y los bailes nada que ver con los de ahora. No era ni mejor ni peor. Era diferente”.

Durante el pregón, Hernández también leyó algunas partes de un periódico de 1956 que aún conserva. De él ha destacado la publicidad, muy distinta de la actual, y la forma de promocionar las fiestas mayores. El discurso acercó a los asistentes a una Arona de tradición. Se despidió asegurando que “ha sido un orgullo poder expresar con palabras lo que siento por el municipio”.

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