Ataques de coherencia

Estamos tan poco acostumbrados a la coherencia en política que cuando nos tropezamos con ella nos parece inverosímil. La coherencia es como la honestidad y el sentido común: hay gente que la tiene y gente que no. Ese es, precisamente, el problema que ha sufrido Ciudadanos estos días. Se han tropezado con gente coherente dentro del partido capaz de poner líneas rojas más allá de lo que dicta su líder. ¿Pueden los altos cargos de Ciudadanos ser fieles a sus principios sin traicionar las líneas rojas del partido?

El giro a la derecha de Ciudadanos, que no es viraje sino la verdadera representación del espíritu neoliberal del partido, ha supuesto que se produzcan bajas en la cúpula de Ciudadanos en los últimos días. Las dimisiones de Toni Roldán, Javier Nart y Juan Vázquez son la constatación de que hay una parte del partido que no ve con buenos ojos el acercamiento de Rivera hacia la derechita cobarde.

Dicho de otra manera, Roldán, Nart y Vázquez han sufrido un ataque de coherencia y sentido común. No es la primera vez que en el partido de Rivera se dan ataques de coherencia. En 2018, Carolina Punset se despidió del partido con una carta muy dura donde también llamaba la atención sobre el viraje derechoso que sufría el partido. Punset se mostró en ese momento muy enfadada con la postura que tenía su partido sobre la prostitución.

Los ataques canarios

Los ataques canariosCiudadanos no solo ha tenido días intensos a nivel nacional, sino que en Tenerife también están las aguas revueltas. Después de más de 40 años, Coalición Canaria ha pasado a la oposición en el Ayuntamiento de Santa Cruz. Patricia Hernández se convertía en alcaldesa gracias a otro ataque de sentido común y coherencia.

La concejala Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano votaron a favor de la socialista. Zambudio lo explicaba así en Diario de Avisos: “Lo que no habría entendido ningún votante de Ciudadanos era que, teniendo la opción de la regeneración, optáramos por lo contrario”.