La Fiscalía pide 31 años de cárcel a un hombre por agredir sexualmente de sus sobrinas menores de edad
La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife pide un total de 31 años de cárcel y 53.000 euros de indemnización a un joven al que acusa de agredir sexualmente a sus sobrinas menores de edad desde que él también lo era, aprovechando que residían en viviendas contiguas en Los Realejos.
El Ministerio Público considera que son dos delitos de agresión sexual a menor de 13 años, por lo que pide 15 años de cárcel por cada uno, y otro año más por exhibición de material pornográfico.
Igualmente, solicita el pago de una indemnización de 25.000 euros a cada sobrina y otros 3.000 a una de ellas por los daños psíquicos causados, así como la cantidad que se fije en ejecución de sentencia por los gastos médicos a los que han tenido que hacer frente.
Las agresiones comenzaron con la mayor de las sobrinas cuando estaban en la casa de la abuela, con la excusa de que iban a jugar a algo nuevo, según la acusación, que señala que estas conductas se repetían como mínimo una vez a la semana y siguieron cuando el procesado ya era mayor de edad, cada vez con más frecuencia.
La obligaba a borrar cualquier rastro de la agresión y le decía que el dolor que le causaba era culpa suya y que si alguien se enteraba de lo que ocurría entonces “si iba a saber lo que era sufrir”, según la Fiscalía.
En una de las ocasiones en las que la menor intentó zafarse, éste presuntamente le arrancó la ropa, pegó, pellizcó y mordió por el cuerpo para luego consumar la violación y en otras ocasiones le obligó a hacerle felaciones, lo que también causaba dolor en la menor.
Igualmente, según la acusación, eran constantes las humillaciones verbales y también la obligaba a ver videos de contenido pornográfico.
Cuando la sobrina y su familia cambiaron de domicilio, esta consiguió eludir estos encuentros huyendo por una entrada distinta a la que utilizaba el presunto agresor, por lo que éste empezó a repetir las mismas actuaciones con la hermana menor, al menos, dos veces por semana en la mayoría de las ocasiones de forma muy violenta, según la Fiscalía.
Este tipo de acciones no cesaron hasta que el procesado se fue a vivir a la península, cuando ya era mayor de edad.
Las víctimas finalmente presentaron una denuncia y en la actualidad padecen depresiones y trastorno de estrés postraumático.
Han precisado de tratamiento psicológico y farmacológico y la hermana menor también tiene problemas en sus relaciones de pareja, indica la Fiscalía.
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