El riesgo de fuga y su influencia sobre las víctimas, claves en el envío a prisión del entrenador Millán

Edificio de los Juzgados de La Laguna

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

La entrada en prisión provisional comunicada y sin fianza de Miguel Ángel Millán, entrenador de atletismo acusado de presuntos abusos sexuales a menores en Tenerife, se debe al riesgo de fuga y a la influencia que puede tener sobre víctimas y testigos. Así lo recoge el auto de la magistrada María Celia Blanco Redondo, del Juzgado de Instrucción Número 2 de La Laguna, hecho público este martes, donde se recoge, no obstante, que es una decisión “cautelar y excepcional” y no supone una pena privativa de libertad anticipada.

Según el documento, los diversos testimonios recabados durante la investigación coinciden en la “conducta ilícita” de Millán respecto a los deportistas que tenía a su cargo, tanto durante los entrenamientos como en los campeonatos. El exseleccionador nacional se convertía para los menores en una “figura clave”, semejante a la de un “padre”, lo que le permitía generar un espacio de confianza para cometer los presuntos abusos.

La juez admite que muchos de los testimonios están prescritos desde el punto de vista penal, pero da “credibilidad” a los actuales porque el modus operandi descrito es el mismo.

“No es lógico que hombres, hoy hechos y derechos, con sus vidas normales, fabulen sobre lo que les ocurrió cuando eran meros adolescentes dominados e influidos por su entrenador, relatando todos ellos el mismo método y los mismos presuntos abusos y que, por la época en que ocurrieron, no supieron o no pudieron denunciar a tiempo”, señala el auto.

La juez aclara que Millán quedó en libertad con cargos en diciembre porque la primera denuncia no presentaba abusos de “excesiva gravedad”, que sí se advierte en una segunda denuncia de otro joven, donde se constata la “gran influencia psíquica” ejercida por el entrenador, hasta el punto de que fue a él a quien primero confesó el menor su homosexualidad.

Asimismo, relató que, cuando no accedía a las pretensiones de Millán, era “ignorado” por el entrenador en los campeonatos de atletismo, “dejando de hablarle o aconsejarle”.

Falta de colaboración

Aunque se le ha retirado el pasaporte, la juez entiende que Millán podría viajar por cualquier país de Europa, aparte de que tiene “cierto arraigo” en Marruecos, algo que influye en la decisión de decretar para él la prisión sin fianza. Además, la juez niega que Millán haya querido colaborar con la investigación judicial, como argumentan sus abogados, al tiempo que ocultó que tenía otra residencia en el Porís de Abona, donde había material pornográfico, según la versión del segundo denunciante.

Sobre la influencia en víctimas y testigos, el auto recoge a modo de ejemplo que el segundo denunciante negó haber sufrido los abusos en la primera investigación abierta en agosto e incluso avisó a Millán. No se decidió a contar todos los hechos hasta que el caso estalló el pasado mes de diciembre.

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