Aceptamos pulpo hasta aparezca el rejo

Ya el conejo nos riscó la perra. Tras la correctísima y elegante llamada del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Santa Cruz para “matizar” nuestras informaciones sobre las obras del viario de Santos, nos hemos quedado casi igual de patidifusos. Repasemos, pues: Dice el Ayuntamiento de don Zerolo que no ha habido incremento de 24 a 85 millones en el presupuesto originario del viario. Han sido tres concursos diferentes de fases diferentes. La primera, por 29,7; la segunda, por 7,7; la tercera -que incluye las famosas fases 3 y 4-, por 35 millones. Todo ello sumaría algo más de 72 millones. No está mal, ¿verdad? Nunca hemos hablado de que ese presupuesto sea una corruptela, pero hay sobreprecio, y en eso se reafirman nuestras fuentes. Pero lo verdaderamente contrastado sigue siendo que hubo una obra que se ejecutó sin contar con la tramitación administrativa que condujera a su adjudicación definitiva. Los portavoces municipales lo justifican en base a que no se aprobaron a tiempo los presupuestos del Ayuntamiento, lo que no cuela ni de coña. Por lo tanto, insisten, no es “ilegal” lo hecho por la Gerencia de Urbanismo adjudicando unas obras 45 minutos antes de inaugurarlas el presidente el Gobierno, sino “poco común”. Seguramente lo que decía Paulino en ese acto de las cosas marca de la casa, de la calidad canaria que siempre imprime ATI a sus asuntos.