Anónimos en una cabina

Pero no hay que asustarse. No se trata de un cisma en la Iglesia canaria, ni estamos ante una alocada carrera de los curas de las Islas por coger el báculo que va a dejar suelto en breve Ramón Echarren. El comunicado que circula por la Red y que pretende ser un manifiesto por la canariedad de la jerarquía eclesiástica canaria no lleva firma, luego es anónimo. Y lo que es anónimo en Internet tiene su peligro. Nos hemos puesto a preguntar y ya sabemos que el manifiesto de los dos próximos obispos canarios es obra de cuatro curas perfectamente identificados por sus compañeros y por el Obispado que consiguieron en su día aglutinar a unos pocos más pero que, descubierto el tono y la altura moral de los promotores, los han vuelto a dejar solos. Si piensan un poco seguro que adivinan el nombre de al menos tres de esos curas. Aquí hemos nombrado a dos de ellos en muchas ocasiones. Miren para Telde y para alguna televisión. Y el tercero, en un cementerio. Oremos.