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Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Contrastes para la meditación

El furor procesal que se sigue con el caso de Soria y sus mentiras al Parlamento (perdonen ustedes que aquí no usemos la palabra “presuntas”) contrasta con otras actuaciones judiciales seguidas con diferente pasión por los servidores públicos que se ocupan de esta cuestión. Ya les hemos comentado aquí cómo fueron de meteóricos (ahora sin segundas) aquellos seis días dedicados por la Sala y la Fiscalía del TSJC en un afán sin precedentes para quitarle a Adán Martín un muerto de encima y endilgárselo sin más al pobrecito juez de Maspalomas que se atrevió a ponerlo en un brete judicial. Ya empiezan los demás periódicos a publicar el nombre de Salvador Iglesias, el jefe de Gabinete del presidente saliente, cuyas conversaciones con Santana Cazorla no sólo le comprometen a él, sino a media escala de mando. Nadie pidió entonces desde el TSJC ni certificados de aforamiento, ni cintas, ni actas para poder pronunciarse rapidito sobre la competencia del tribunal y sobre la acrisolada inocencia de Adán Martín y Domingo Berriel. Todos somos iguales ante la Justicia, sí señor. Pregunten a Carmelo Padrón, al que el TSJC tuvo en el purgatorio trece años.

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