Currando en la calle Andamana

La información que le llegó a Olarte iba convenientemente documentada, con un certificado de la vida laboral del candidato que no ofrecía duda alguna: en una empresa propiedad de un empresario lanzaroteño, con sede en la portuaria calle de Andamana, el candidato figuraba con una extraña relación laboral, es decir, trabajaba el tiempo suficiente como para generar los derechos correspondientes para cobrar el desempleo. Él pagaba al empresario los gastos y el empresario le daba el resto de cobertura. A la mañana siguiente la información de su retirada de la candidatrua, “por motivos personales”, apareció lujosamente desarrollada en el periódico Canarias7 y esa misma jornada el candidato desapareció del mapa político cediendo su lugar como número uno al que luego sería el alcalde más sonriente de la etapa democrática de la ciudad de Las Palmas, José Vicente León Fernández.