El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Graves vulneraciones
Lo que contó Otamendi, decíamos, sólo tiene parangón con episodios de dictaduras, tanto propias como ajenas. Algo que muchos de los que le escuchaban creían absolutamente imposible. Si ya es grave que se torture a un presunto etarra para obtener de él información que conduzca a evitar un atentado o simplemente a empurarlo ante un juez, más grave aún debería ser que las torturas sean por motivos relacionados con la libertad de expresión y de información. Es decir, por hablar y escribir. Si el director de este diario en euskera, toda una institución en Euskadi, con 13.000 ejemplares diarios de circulación y con una parroquia realmente entregada, fue torturado como él mismo explica, no sólo deberían ir a la cárcel los presuntos torturadores, sino que tendría que dimitir el ministro del Interior de modo inmediato.
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