''Guardado por José Manuel''

José Manuel Soria sabe perfectamente el tamaño de la titánica tarea a la que se enfrenta, de las dificultades que va a representar obtener unos resultados brillantes que lo coloquen en buena posición en los órganos nacionales del partido y que, de paso, apacigüe el sordo clamor que ya empieza a trascender las paredes de la sede del PP en el parque de Santa Catalina. Porque Soria siempre ha tenido detractores, pero sus discretas críticas han quedado acalladas permanentemente por los vítores de los hoolligans, apasionados con la capacidad del líder para colocar a tantos estómagos agradecidos, para atraer electores de manera tan rentable. Pero eso se acabó y el desgaste de la imagen aparentemente impoluta del presidente regional pepero amenaza con convertirle en un cadáver que se pasee ante los de tantos otros que le esperan en la bajadita. Una razón más para marcharse a Madrid. De ahí que el estallido del caso Roldós sea una fatalidad porque hará recordar a todo el mundo lo infectado que ha estado el PP canario desde que se hizo cargo de él José Manuel Soria.