De Olarte a Soria

Si parece explicable que haya inventado patrañas de González Chaparro y de José Francisco Henríquez por su vinculación a un periódico incómodo para él, un proyecto ético cuyo significado él ignorará siempre por pura incapacidad moral, debemos contarles por qué la emprende con Ramos Camejo. Este buen socialista tuvo un día el atrevimiento de oponerse en el Consejo de Administración de La Caja a que se aprobara un contrato blindado para su entonces director general, casualmente Juan Francisco García. Para convencer a Ramos Camejo, nada mejor que enviarle al que era por entonces presidente del Consejo de Administración de Canarias7, José Juan González Batista, implacable no por su capacidad de convicción -que la tiene, y mucha- sino por el significado que tiene para un dirigente político contar con el apoyo o la contestación de un medio de comunicación. Ramos Camejo -ha quedado dicho- también formó parte del Consejo de Administración de La Caja que decidió despedir a Juan Francisco García y, posteriormente, interponer una querella por su gestión en la entidad. Pero no sólo de socialistas vive la insaciable máquina de mentir del presidente de Canarias 7: pregunten a Lorenzo Olarte las que le ha hecho pasar mientras presume por todas las esquinas de ser el que ha fabricado al líder del PP, José Manuel Soria, al que en estos momentos se dispone a abandonar, una vez las encuestas -las de de verdad- demuestren que ya no es el hombre a apoyar. (Antes, un par de servicios, como el de ocultar a los lectores los incidentes de Tenerife, que obligaron al líder del PP a abandonar una conferencia por la puerta de atrás).