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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

PSOE: ¡Rompan filas!

Casimiro Curbelo.

No pueden con Casimiro. Los cuatro alcaldes gomeros que han pretendido dar un golpe de estado en el PSOE de la isla se han quedado compuestos y como militantes rasos. Sus dimisiones de la Ejecutiva Insular, en la que quisieron ir acompañados de otras dos dirigentes que se echaron atrás, les ha dejado en la más embarazosa de las situaciones: no consiguen su propósito de que la Ejecutiva Regional les pusiera al frente de una gestora, destituyendo al eterno líder, y pasan a la condición de indios de a pie justo en el momento de empezar a confeccionar las listas para 2015, que era al fin y al cabo el motivo principal de la asonada. Hay algunas claves muy interesantes que hay que poner sobre la mesa para comprender la jugada. En primer lugar, los perversos efectos de la ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que para ayuntamientos de pequeña dimensión reduce a la mínima expresión el número de liberados, y a una cantidad exigua el sueldo del que pueden disfrutar los alcaldes. Dos de los cuatro regidores rebeldes ya han anunciado que así no juegan, por lo que han decidido regresar a sus puestos de trabajo anteriores a la política: el de Agulo, a su plaza de personal laboral en la Marina Mercante, y el de Vallehermoso, a su asesoría. Pero los de San Sebastián de La Gomera y Alajeró tienen serios problemas de reinserción laboral (el primero no ha trabajado en su vida en algo que no sea la política) y necesitaban tener el control del partido para optar a repetir, en el caso del alcalde capitalino, u optar a puestos de mayor relevancia, en el caso del actual presidente de la Fecam, que quiere ir al Parlamento. Pero puestos con opción hay pocos y Casimiro Curbelo tiene en su mano todos ellos.

Julio Cruz, en la operación

La jugada de los alcaldes gomeros, que creyeron contar con otras dos secretarias de la Ejecutiva Insular para alcanzar la mayoría exigible, se vino abajo cuando éstas dijeron haber sido engañadas y se retiraron de la partida. Los rebeldes aseguran que fue al revés, que ahora se rajan por presiones del presidente del Cabildo y secretario general. Pero el caso es que se han quedado colgados de la brocha, lo que les lleva a reclamar de Curbelo el diálogo que, hasta hace escasas 48 horas, pretendieron purga. El eterno líder socialista de la isla ya había anunciado públicamente que no quería repetir como candidato a presidente del Cabildo, que su ambición ahora es ser parlamentario regional. Pero una escaramuza así lo fortalece y deja a los golpistas más en situación de rogar que de exigir, y ya se sabe cómo las gasta Casimiro cuando le tratan de apuñalar por detrás. Pero no serán los alcaldes los únicos que padezcan la penitencia: en todo el PSOE canario se conoce que detrás de la revuelta estaba el secretario de Organización regional, el también gomero Julio Cruz, lo que vuelve a poner de manifiesto que en el equipo de José Miguel Pérez el valor de la lealtad brilla bastante por su ausencia, salvo que alguien pueda demostrar ahora que el secretario general regional es el Elefante Blanco de este 23-A. Cruz quiere regresar a su isla y ansía ocupar la plaza de presidente del Cabildo que Curbelo piensa dejar vacante, lo que se convierte en una ambición compleja si el sustituto no cuenta con el saliente, que controla la isla como nadie. Cualquiera que este viernes preguntara a Casimiro Curbelo por Julio Cruz no apostaría ni un céntimo de euro por que lo va a apoyar para esa empresa con la pasión que él pone a las cosas de la política.

Las consecuencias de una mala dirección

No hay crisis en el Partido Socialista Canario de la que no acabe la peña responsabilizando a su secretario general, José Miguel Pérez. La rebelión de La Gomera, que nada tiene que ver con la forma que tiene el vicepresidente del Gobierno de dirigir su partido, fue contra Casimiro Curbelo, que no es precisamente el más ferviente defensor orgánico del secretario general, luego es muy complicado buscar una responsabilidad por acción. Sí quizás por omisión, la que le achacan permanentemente muchos dirigentes socialistas de todas las islas por haberse rodeado de un núcleo duro en su Ejecutiva que no juega pal pie, sino más bien todo lo contrario. Si repasamos las grandes crisis que ha vivido en esta etapa el PSOE canario, nos podemos encontrar que el pecado capital de Pérez es su buenismo y su excesiva confianza en quien no debe, atributos estos que lo invalidan para el ejercicio de ese puesto tan puñetero de dirigir un partido. En Tenerife, sufrió un cisma por haber confiado en los consejos de Paco Spínola, que colocó en la Ejecutiva Insular a un equipo que dinamita todos los días el pacto con CC y ejecuta unas erráticas decisiones (la de los casinos es memorable) que dicen muy poco de sus hechuras políticas. Había que recluir en La Laguna al peligroso Javier Abreu y el resultado ha sido que éste ha demostrado más lealtad que los Fumeros, los Yanes y sus peligrosos terminales de la Ejecutiva regional y en el propio Gobierno. En El Hierro, fue Paco Spínola quien animó a Alpidio Armas a pactar con el PP desbancando al histórico AHI, abriendo así la caja de los truenos que luego resonaron en Tacoronte y en La Palma. En Gran Canaria, las eternas luchas intestinas por anteponer el control de las grandes agrupaciones locales al interés global del partido, siguen pasando sus onerosas facturas. Solo la crisis de La Palma puede ser atribuida al empeño de José Miguel Pérez por prohibir pactos con el Partido Popular, una decisión que puede ser discutible en claves puramente localistas, pero que tiene su lógica si se aplican los criterios federales y regionales de no dar ni un centímetro de ventaja a quienes están desmontando el estado del bienestar y desestabilizando Canarias a mayor gloria de la vuelta triunfal de José Manuel Soria.

Sandra Domínguez, senadora por año y medio

Si llega. Está muy divertido el culebrón que en Fuerteventura se traen el Partido Popular y la Asamblea Municipal de Fuerteventura (AMF) por la plaza en el Senado que ambas fuerzas se prometieron compartir en las elecciones de 2011. El acta se obtuvo, y como rezaba el acuerdo entre ambas formaciones, la primera mitad de la legislatura ocuparía escaño en la Cámara Alta Claudio Gutiérrez, el PP, que cedería el testigo en diciembre de 2013 a la candidata de AMF, Sandra Domínguez Hormiga. Pero algo ha pasado que el primero no suelta la teta y la segunda empieza a impacientarse. Primero alegaron los del PP que la cosa no era tan sencilla, que al ser inhábiles enero y febrero, el relevo se aplazaría a abril (en realidad debió haber sido en diciembre) pero llegó abril y ahora dice que mejor en mayo, que vienen las elecciones europeas y ya se sabe lo complejo que se pone todo. Tan complejo que hasta a Arias Cañete le está costando horrores zafarse del puesto de ministro de Agricultura, mira tú que cosas. Así las cosas, nos pondremos en junio (las europeas son el 25 de mayo, más la resaca, y tal y cual), lo que significa que la inquieta senadora de AMF ejercería, en el mejor de los casos durante año y medio, el tiempo suficiente para al menos enterarse de la tabla de precios de la cantina del Senado. En el Ayuntamiento de Puerto del Rosario, donde trabaja como abogada la señora Domínguez, ya no saben cómo pedirle al PP que aligere, que necesitan la plaza para dársela a un letrado o letrada que se tome con más ahínco el trabajo y no desaparezca para tomarse sus horas sindicales de cuarto de hora en cuarto de hora. La inminente senadora, aseguran fuentes municipales, no ha tramitado ni un solo expediente en la última década, lo que nos conduce a imaginar cómo va a ser de frenética su actividad en el Senado.

La última oportunidad

El caso de este time sharing de la plaza de senador por Fuerteventura nos permite ocuparnos, aunque sea someramente, de uno de esos partidos efervescentes que nacen en una determinada coyuntura política, obtienen cierto respaldo popular y, casi de inmediato, se van desvaneciendo durante la primera y única legislatura de sus vidas. Asamblea Municipal de Fuerteventura (AMF) parece ser uno de esos fenómenos tan endémicos de Canarias. Formado por una asociación de personas de muy heterogénea procedencia ideológica, tiene su nacimiento a partir de los cabreados de Coalición Canaria en Pájara, que ven cómo el partido descabalga del puesto que le tenían prometido a Ramón Carmelo Cabrera, que se convierte de inmediato en líder fundador de la nueva agrupación. A él se suma otro cabreado de CC, Manolín Travieso, que ve en AMF un lugar cómodo en el que atrincherarse para conducir su venganza personal contra Mario Cabrera, actual presidente del Cabildo. A ellos se sumaron los llamados camisas negras, integrantes del colectivo Plataforma contra la central eléctrica de Agando (Sergio Lloret y otros), además de Javier Mesa (hijo del histórico Gerardo Mesa Noda) o la ya mentada Sandra Domínguez. La amalgama ideológica es notable: Manolín Travieso empezó su andadura como representante de Herri Batasuna; Javier Mesa, fue concejal de CC en Puerto del Rosario por el tercio de las Siete Estrellas Verdes y Sandra Domínguez es delegada sindical de Comisiones Obreras… lo que convierte en bastante lógico, como colegirán, que pactaran en 2011 con el Partido Popular, el mismo que ahora les racanea el acta del Senado. Su final parece próximo: inhabilitado Ramón Carmelo, los que puedan buscarán un hueco en el PP de Águeda Montelongo, y los que no, pues ya verán que rumbo toman. Ahí andan tocando puertas. De este modo puede ser hasta comprensible que la senadora in péctore no se ponga muy exigente.

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