Pablo, preocupado por las críticas

No le han parecido bien al círculo cultural canario las críticas al pregón carnavalero de Pepe Dámaso. La falta de costumbre parece ser la clave. Muchos de ellos se han ido acostumbrando, con el paso del tiempo, a que todo el mundo aplauda las gracias, incluidas las no tan graciosas, porque ya se sabe que cuando uno se pasa un tiempo repitiendo lo mismo, se pierde la frescura. Algo parecido pudiera haberle sucedido a Pablo Bucarelli, que si bien no se sabe si pertenece al mundo de la cultura o acaso es de otro mundo, se solidariza con los primeros, que ya se sabe que es de bien nacidos ser agradecidos. Pablo no se acuerda de que quien se expone al público se expone también a la crítica y, ni corto ni perezoso, se ha vuelto contra los críticos para criticarlos. Un lío, sí. Ya pasa mucho esto en la política como para que ahora suceda en la cultura. Como es el caso del polifacético y poliédrico Martín Chirino, que anda a caballo entre una cosa y otra. Dos vidas interesantes que darían para un serial si la autonómica tuviera presupuesto suficiente.