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Pero no sólo crece Gran Canaria en dirección al barranco de Veneguera, por donde habría de transcurrir la línea de tendido eléctrico que reclama Unelco. También crece la capital grancanaria y necesita tener garantizado el suministro. Así se lo ha hecho saber a la compañía eléctrica el empresario Juan Miguel Sanjuán, de Satocan, que tiene muy avanzado el proyecto de urbanización de la zona de expansión de Siete Palmas, más o menos equivalente a la existente en la actualidad. Lo peor no es que haya que montar nuevos tendidos eléctricos y renovar los que se vayan quedando obsoletos. Lo verdaderamente preocupante es que todas estas cosas están en manos del Gobierno desde diciembre de 2003, sin que se conozca reacción alguna hasta este jueves, en que el Parlamento de Canarias aprobó la modificación de la ley que regula el sector eléctrico. A partir de ahora, el Gobierno está facultado para saltarse a los ayuntamientos canarios a la hora de aprobar los tentidos eléctricos. O sea, que ya se pueden ir preparando alcaldes como el de Vilaflor, a los que sólo quedará el derecho a la pataleta.