Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Política rancia bajo el manto de la Virgen

Lo primero que hizo José Miguel Bravo de Laguna al tomar posesión como presidente del Cabildo de Gran Canaria fue ordenar reponer la macrobandera de la Fuente Luminosa, ese insulto a la austeridad que compró su jefe de filas, José Manuel Soria, por 360.000 euros sin concurso ni monsergas que pudieran incomodarle. A Bravo le gustan los gestos propagandísticos porque, acto seguido, reunió a su equipo de gobierno y diseñó unos presupuestos donde se duplicaban sus gastos de publicidad y representación hasta alcanzar los 800.000 euros. Las mismas debilidades: derroche e idolatría. Este pasado viernes, en Teror, el presidente del Cabildo se comprometía ante los feligreses a restaurar el manto de la idolatrada Virgen del Pino, donado por esa institución hace cincuenta años. El gesto, claramente propagandístico por el contexto y la manera que tuvo Bravo de anunciarlo, solo fue contestado por el cura párroco de la basílica, Manuel Reyes, que agradeció el ofrecimiento pero recordó a Bravo que en los tiempos que corren hay otras muchas necesidades que cubrir antes de gastarse el dinero de todos en el manto de una virgen. Hay gente en Gran Canaria -sin tener que irnos muy lejos- pasando verdaderas necesidades, niños con una sola comida al día, familias que pierden su casa, a las que les cortan los suministros básicos por impago? y el viejo político de la política vieja anunciando a bombo y platillo que con los impuestos de esos sufridos contribuyentes va arreglarle el manto a una talla policromada por mucho simbolismo y mucha veneración que despierte.

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