Presentaciones portuarias

Mientras Larry va y viene y hay gente en el camino, su señora esposa de él, colocada por sus méritos profesionales como jefa de prensa de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, continúa haciéndose al puesto. Lo hace con elegancia y tronío, como corresponde a una profesional acostumbrada a coordinar equipos institucionales, a tratar con altos cargos, cargos intermedios y cargos bajitos. De ahí que haya causado cierto estupor que no supiera conducirse con determinada autoridad destinada en el Puerto por designación expresa de Madrid. La dama se constituyó en las dependencias del alto cargo explicando que estaba conociendo a todo el mundo. “Encantado de conocerla”, dicen que le cumplimentó, a lo que el fichaje le espetó: “Ya volveré por aquí para despachar”. El viejo lobo de mar se revolvió en su sillón y le informó de algo muy elemental: “Mire, señora, si alguna vez necesito despachar con usted, ya la llamaré”. Que no todo el mundo es enchufado en ese sitio y no hay por qué aguantar según qué cosas, añadimos nosotros en plan condimento necesario.