Regresar por Montaña Alta

“Si aún no considera suficiente lo visto, aventúrese a pasar por la riscalera de frente a Hoya de Pineda. No es recomendable. Ahora que, allá usted si es tan temerario. En su lugar mejor hubiese subido por Montaña Alta si lo que pretende es llegar sano a Caideros. Si lo suyo es el riesgo y ha decidido entrar en el tramo antes citado, que ya se ha cobrado la vida de varias personas, no se le ocurra detenerse a comprobar la solidez del muro de contención, ni se dedique a admirar la belleza de los riscos que amenazan con venírsele encima. Pase lo más rápidamente posible y ¡suerte! ¿Qué? ¿Ha conseguido sortear ese tramo sin ningún percance? Enhorabuena, es usted un tío con suerte. Pero no se relaje, todavía le acechan algunas posibles sorpresas. Ah, oiga, cuidado, que viene la curva de las cañas y es tan estrecha que puede usted toparse con algún ciclista que se le ocurra bajar cuando usted sube. Muy bien, es usted un héroe, ha llegado a Hoya de Pineda sin un rasguño. Compre un cupón, que usted es una persona con suerte. Pero, haga caso, no se distraiga que viene la curva de Isabelilla y ésa sí se las trae, como le aparezca la guagua, se la pega, garantizado, y la siguiente no es menos; suerte y continúe. Muy bien, es que ni Carlos Sainz, es que está hecho usted un figura, ya sólo le queda sobrepasar Tegueste, unos cuantos riscos que pueden darle algún susto de muerte y ya está, ya puede relajarse, ha conseguido usted tentar a la muerte y salir airoso. Pero mire, de regreso a la costa, mejor lo hace por Montaña Alta. Quizá no tenga usted la misma suerte”.