Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Resignación en La Victoria; reagrupamiento en El Rosario

Escolástico Gil, con el bastón de mando del Ayuntamiento de El Rosario.

Carlos Sosa

Todo menos molestar a Coalición Canaria. El PSOE de Tenerife (y el regional por añadidura) ha reducido a la condición de silencio sumiso y resignado la indignación que mostró con cacharrería y muchos aspavientos el día en el que se presentó la moción de censura contra el alcalde de La Victoria de Acentejo, Fermín Correa, ahora mismo en situación de expulsado del PP. Para los socialistas, que hicieron alcalde a Correa en el último minuto y sin que el elegido pudiera ni siquiera avisar a su familia, consideraron en aquellos minutos de cabreo que se incumplía el pacto regional al hacerse con la alcaldía el socio, Coalición Canaria, en aplicación de un acuerdo que tenían firmado antes de las elecciones el PP y los de CC. Apoteósico todo, ¿verdad? El caso es que el futuro alcalde –si nadie lo remedia antes del viernes- será el nacionalista Haroldo Martín, al que su partido colocó como asesor de la presidencia del Gobierno en lo que se arreglaba el desaguisado. Y lo apoyará el otro concejal del PP que queda dentro de la disciplina del partido, lo que abre nuevamente la caja de los truenos de la legalidad antitransfuguismo: ¿Puede censurar a un alcalde del PP un concejal del PP, es decir, un concejal que concurrió bajo las mismas siglas que el censurado? ¿Puede tramitarse una moción de censura contra un alcalde expulsado de su partido sin que sea firme la expulsión y se haya dado cuenta de ella al pleno corporativo? Los expertos dicen que no, lo que seguramente desembocará en un pleito judicial cuyo resultado es aventurado avanzar. Lo que no tenemos en la mano para ofrecérselo a nuestros lectores es el dictamen de los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma que reclamó el alcalde censurado. Desde el día 1 de febrero anda el hombre intercambiando escritos con la viceconsejera de Administraciones y Transparencia, Manuela Armas, sin haber obtenido hasta la fecha ningún resultado. Le han prometido que este mismo jueves habrá fumata blanca, con escaso tiempo para tomar decisiones, y todo porque hasta el día 8 no especificó qué asunto concreto la llevaba a pedir pronunciamiento legal de la alta magistratura autonómica.

 

 

Ferraz no está para según qué cosas

Se ha desinflado, efectivamente, la efervescencia con la que altos dirigentes socialistas de Canarias condenaron la moción de censura contra un alcalde del PP colocado al frente de La Victoria por los concejales del PSOE al grito de “cualquiera antes que Haroldo”. Es más que probable que el cabreo se reactive el viernes, cuando acabe el pleno y el PP sustituya al PP al frente de ese municipio de poco más de 9.000 habitantes. Pero será una protesta con sordina probablemente provocada por un interesante intercambio de estampitas: me callo lo de La Victoria y tú nos dejas quieta Granadilla. Porque si se fijan, los meneos en el histórico feudo socialista parecen haberse aplacado los últimos días. Pero vaya usted a saber, que donde esté un dirigente socialista pactando algo con uno de CC, siempre hay un vacilón. En cualquier caso la tormenta no saldrá de los límites geográficos y políticos de la isla de Tenerife, es decir, no habrá llamadas a consultas a Ferraz de los embajadores de este matrimonio tan mal avenido. Ni se va a amenazar nuevamente con una moción en La Laguna, ni se responderá con escaramuzas de rango menor. Ferraz no está ahora para según qué cosas con la papeleta que tiene su secretario general y toda la cúpula socialista buscando encajar una investidura y un Gobierno posterior medianamente sostenible (en el tiempo y en la gestión). Hay instrucciones concretas: esperar, sobre todo tras darse por sentado que nadie piensa contar con el voto de Ana Oramas para ese eventual trance de final de mes o principios de marzo. Así que, hasta entonces, deberá el PSOE aguantar todo tipo desplantes, incluidos los que CC ha dirigido últimamente –y seguirá dirigiendo- contra la vicepresidenta Patricia Hernández. Todos quietos, prietas las filas. Mientras tanto, empieza la tramitación de la reforma del Estatuto de Autonomía, y brillando con luz propia en su interior, el fantasma de la reforma electoral que tanto asusta a CC.

 

El Rosario sin Macario

Esas tribulaciones tan impropias en tiempos de crisis las extiende el PSOE, queriendo y sin querer, a otras plazas donde hasta ahora disfrutaba de un poder indiscutible. Casi absoluto. La caída de Macario Benítez en El Rosario tras dos condenas consecutivas por prevaricación ha dejado aflorar cómo estaba de dividido allí el partido. Todo empezó con la airada marcha de Escolástico Gil, ahora convertido en alcalde bajo las siglas de Iniciativa por El Rosario-Los Verdes, y siguió con los dos votos de concejales socialistas que en el pleno de constitución del Ayuntamiento no votaron por su candidato, José Antonio Estévez. Continuó con la censura interna que mandó a concejal raso a Estévez, con la consiguiente ruptura de la Agrupación Local y la conformación de una Gestora. El último episodio se produjo este mismo miércoles con la incorporación de esos dos concejales al grupo de gobierno. ¿Dos deserciones? No, por lo que parece lo que se está fraguando en El Rosario es la recuperación de las mayorías de Macario Benítez, lo que precisa del concurso del escindido Escolástico Gil. La jugada es maquiavélica: el PSOE sacrifica a su cabeza de lista, lo deja a los pies de los caballos ante todo su electorado e incorpora a la mitad de sus concejales al gobierno de un irradiado del partido. Tratándose como se trata de un municipio pequeño (pero estratégico desde todo punto de vista), las razones para explicar todos estos movimientos no son exclusivamente políticas. Más bien diríamos que las reacciones políticas no son más que la consecuencia de viejas rencillas personales entre las que se cuentan algunas rupturas familiares muy dolorosas. Con Macario retirado, es su esposa la que capitanea el regreso del macarismo a El Rosario. Y la señora tiene su peso específico dentro del PSOE y en determinados ambientes del pueblo. Tendrá que enfrentarse a la realidad municipal de otro alcalde que no es el suyo, de otro grupo municipal socialista que no es el suyo y de un partido en la isla y en la región que está apoyando el reagrupamiento con Los Verdes. Y atentos porque está previsto hacer algo similar en Icod de los Vinos con Somos Icodenses.

Díez & Romeo, condenados en Twitter

Los afamados abogados madrileños Díez & Romeo, es decir Jaime Rodríguez Díez y Paula Romeo, acaban de recibir otra condena judicial. Esta vez no ha tenido relación directa con alguno de los concursos de asignación de frecuencias de radio en los que andan metidos, unas veces con éxito y en otras con condenas de cárcel, como la que les cayó tras su accidentado paso por la convocatoria realizada en Canarias tras falsificar un sello de la oficina de Correos de Arucas. Ahora han sido condenados por una intromisión en el derecho al honor de uno de los letrados que prestaron servicio en el bufete, Fernando Magarzo, con el que rompieron relaciones de manera muy acalorada. Magarzo los demandó por despido improcedente y los de la & acordaron con él pagarle 17.000 euros en el acto de conciliación para evitarse males mayores. Luego vino un largo peregrinar del despedido por los juzgados reclamando que le pagaran lo que le debían, incluso tirando del embargo de un potente BMW. El cabreo de los ilustres letrados madrileños les llevó a cometer un error muy pueril, publicar en la cuenta oficial del bufete en Twitter que Margazo había sido “destituido” por “infracción disciplinaria grave como abogado”. El ofendido interpuso demanda y un juzgado de Gijón acaba de condenar a Romeo and Díez a pagarle 5.000 euros de indemnización (él pedía 15.000) y a publicar el fallo de la sentencia en la misma cuenta de Twitter. La sentencia advertía que así debía hacerse ocupara los tuits que ocupaba. En total han sido ocho. Lo que no sabemos es si ya pagaron la indemnización o habrá que irlos a buscar de despacho en despacho hasta dar con ellos, porque tras la estampida que tuvieron que dar de Canarias se esfumaron de manera vertiginosa. Ahora parece que están en la calle Génova, la del PP.

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