Santa Bárbara cuando truena

Hay que estar en el mundillo de las compañías y en los negocios que se generan en el entorno para tratar de entender aunque sea algo. Ni siquiera estamos seguros de que Barragán y Bautista alcancen a manejar la operación al completo. González puede que sí. Porque González es ATI y si el ex consejero está en este asunto, Rodolfo Núñez ha dado sus bendiciones, y si Núñez ha hecho tal cosa, Hesperia no dirá nada. Ya ha habido una sustanciosa rebaja en el precio final de Binter y ahora habrá que recolocar las cosas. De Venezuela viene Islas Airways, que está participada fuertemente por la compañía Santa Bárbara, que opera en aquel país con capital del Banco de las Islas Canarias (el de toda la vida). Dicen que de Venezuela son también los pilotos que están en Tolouse haciendo un cursillo en la factoría ATR, donde deben haber comprado, dicen, dos aviones. Deberán convalidar sus licencias de pilotos si quieren volar en España, y esos son seis meses. Por no decir que lo que circula en otros ambientes es que los que están en Francia no son los pilotos, sino dos mecánicos, y que la compañía no tiene aún su certificado de operador aéreo (AOC), y que si lo piden ahora hasta enero o febrero no hay nada que hacer. Los conocedores del mercado aéreo canario se echan las manos a la cabeza porque saben que no hay hueco para otra compañía más. Y recuerdan lo de Canarias de Aviación, de Socastro, que se vendió como la panacea y cerró dejando deudas por importe de 500 kilos de los de antes. Ya veremos que se cuece.