Silencio reverencial ante la corrupción

Vuelta a las andadas. La nueva directora insular de la Administración del Estado en La Gomera, Luz Reverón, tomará posesión este martes con la augusta bula de la prensa tinerfeña, que ha elogiado su nombramiento, su carrerón político y su perfil humano y profesional, y obviado por completo sus debilidades con los dineros públicos y su nada despreciable imputación en el caso Mamotreto, por el que el Ministerio Fiscal pide para ella nada menos que dos años de prisión. Con el regreso del PP al poder, ha vuelto a instalarse en amplios sectores de la prensa en Canarias una suerte de protección a la oligarquía digna de las más bananeros regímenes políticos: lo que no se publica no existe y al populacho se le ofrece la información oficial, las dignas distinciones, los grandes fastos y la fanfarria sobre rojas alfombras y pesados cortinajes. La Gomera tendrá desde este martes como representante del Gobierno de España y, entre otras cosas, responsable política de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a una ciudadana que en breve se sentará en el banquillo de los acusados para responder por el delito de prevaricación urbanística. Muy edificante para aquellos que piensan que la política retroalimenta y enaltece a sus propios corruptos.