Soria, innovando

En tiempos de tribulaciones no se deben hacer mudanzas. Lo dijo San Ignacio de Loyola y lo debe haber tenido muy presente el presidente del PP canario, José Manuel Soria, durante estas últimas semanas. Ese pretendido tsunami con epicentro en la madrileña calle de Génova puede llegar bastante debilitado a las costas canarias y el líder conservador isleño ha decidido que lo mejor es compartir la compartancia, no vaya a ser que de lo que ocurra de malo a él le atribuyan el cien por cien. Este viernes sorprendió a propios y extraños anunciando que ha elegido a José Miguel Bravo de Laguna como candidato a la presidencia del Cabildo de Gran Canaria, lo que deja compuesta a María Australia Navarro, la teórica elegida para tal propósito. La idea no fue de Soria, ni siquiera de Mariano Rajoy, con quien Bravo de Laguna comparte vecindad sureña en la urbanización Puerto Rico. La iniciativa partió del propio candidato, que hace no muchas fechas mostró al presidente de su partido su predisposición a echar una mano allí donde se le requiriera. Soria se lo pensó -no mucho- y hace una semana, rogándole la máxima discreción, le ofreció la candidatura del Cabildo. El ex presidente del Parlamento ni se lo pensó.