Soria y la soberbia

Decía San Agustín que la soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. Y añadimos nosotros, con nuestra proverbial sabiduría, que huele fatal cuando revienta. Y Soria viene reventando desde hace unos meses, cuando dejó que la medida de su poder le rebasara y rebasara la realidad. Es extraordinario que el mismo que ha ido echando a la oposición -socialista y nacionalista- de cuantos órganos democráticos pudo, que acaba de tomar al asalto el polígono de Arinaga y de terminar con la representación plural en el Instituto Social y Sociosanitario, se dedique a pregonar que a los socialistas les obsesiona desalojar al PP de las instituciones. Pues va a ser que sí, lo que automáticamente nos lleva a felicitar a Miguel Jorge Blanco por su certero y profundo análisis de la política grancanaria.