Tontos para todos los gustos

El serial con el que nos obsequia Pepillo Mugica, subdirector de Canarias7, acerca de la angurria que ha entrado a los líderes del pelotazo del istmo es memorable. Demuestra el hombre, con esa candidez que le caracteriza, que siguen existiendo varias clases de tontos y de listos. Por un lado están los tontos útiles, luego los tontos absolutamente inútiles y, en el lado contrario aunque no necesariamente opuesto, los listos inútiles y los listos útiles. De todo hay en este enredo, y como se podrán imaginar, el que hace el papel de tonto útil es Pepillo Mugica, el pobre, que se mete en unos berenjenales que ni él mismo se aclara. Por tratar de meter a todo el mundo en el lío, habla de un viaje a América del ex alcalde (años ha) José Vicente León, y en una hipérbole increíble, dice que el ex consejero de Política Territorial José Francisco Henríquez, Premio Canarias7 al Medio Ambiente, pretendió en el istmo un rascacielos de nada más y nada menos que 140 pisos (el más alto del mundo tiene actualmente 89). Luego, cuando se mete a firmar un artículo de opinión, Mugica, listo como él solo, dice que los retrasos que sufre la pobre Tamarán se deben a que la isla perdió la velocidad de crucero en los noventa. O sea, cuando llegaron los suyos con el apoyo de su periódico. Flaco favor el que nos hicieron como para ponerse ahora a plañir toda histérica.