Último batacazo de unos policías ruines

Condenado a las costas y con el rabo entre las patas. En esa incómoda y muy comprometida postura ha acabado un inspector jefe de Policía, el de Lanzarote, tras la cuarta y sonora inadmisión a trámite de una querella que interpuso en 2010 contra la que entonces era la jefa superior de Policía de Canarias, Concepción de Vega, y contra su número dos, Luis Carrión. La Audiencia Provincial de Las Palmas, ya de modo definitivo, ha avalado las tres inadmisiones a trámite que decretó el titular de Instrucción 2 de Las Palmas de Gran Canaria. El denunciante, Alejandro Díaz Torres, se empeñó en acusar a Concepción de Vega de haber intercedido en favor de una ciudadana extranjera que veía cumplido su permiso de estancia en Canarias. El denunciante, que se buscó testigos de calidad y de reputada enemistad con la querellada, se fue estrellando ante el juez una y otra vez, porque cuando veía que el juez le contestaba que era imposible que alguien prevaricara sin tomar una resolución, tiraba por el delito de tráfico de influencias. Al ver que ese tampoco prosperaba, pues venga, el delito contra los ciudadanos extranjeros. Sin ningún éxito, porque el juez ni siquiera llegó a admitir a trámite semejante majadería, que sólo respondía al indisimulable deseo de algunos inquietos policías que querían moverle la silla a la jefa superior.