Unidad de quemados

Apoteósicas las dos entrevistas concedidas con tan solo una hora de diferencia a dos periódicos grancanarios por el presidente del Cabildo, José Manuel Soria, cada vez más seguro de sí mismo y de la inocencia de sus seres más queridos. Conocíamos del presidente del PP su enorme facilidad para la grandilocuencia, para situar en el territorio de lo extraordinario cualquier acontecimiento que le toque vivir de cerca. Lo solemniza todo, si se fijan, desde las escuchas que no existieron hasta el hecho cierto de que fue el primero en pedir una investigación parlamentaria sobre la consejería de su hermano Luis. Pero resultó muy curioso observar cómo en uno de los periódicos anunciaba al mundo que pondría la mano en el fuego por su hermano y en el otro aseguraba que ese miembro suyo sólo lo acercaría a cualquier llama en su propio nombre. Y nada más. ¿Cuándo se arrepintió? ¿Recibió una llamada entre una entrevista y la otra? ¿Se le fue la mano en la primera y reculó en la segunda?