Viaje a Bruselas

Parece dormida la extraordinaria polémica en torno a la ilegalidad del concurso del istmo de Santa Catalina. Pasados los fastos y encaminado el Ayuntamiento como caballo desbocado a adjudicar lo que no puede adjudicar, a algún sabedor de leyes se le ha ocurrido sugerir al trío que se deje ir al golpito. Las advertencias que vienen de Bruselas vía Fomento, son muy serias como para creer que Mauricio las pueda arreglar con un par de carantoñas a la ministra del ramo. De ahí que a las mentes privilegiadas que forman esa comisión Puerto-Ciudad no se les haya ocurrido mejor iniciativa que constituirse en Bruselas para, apoyándose en sus acreditados encantos personales, convencer a las autoridades comunitarias de la bondad de La Gran Marina, de lo legal que fue el concurso y de lo rápidamente que se van a sacudir de encima al verdadero responsable del desaguisado, un tal Arnáiz. De momento, el viaje permanece en la más aboluta discreción, pero nos aseguran que Soria y Luzardo van a pasar mucho frío los próximos días.