Viernes en Fuerteventura, martes en Gran Canaria

Con un interminable cafe con leche delante y una cara de circunstancias que acongojaba a los interlocutores, Mauricio se reunió el pasado viernes en Fuerteventura con la cúpula de Asamblea Majorera para tantear. Quería saber el diputado, entre otras cosas, cómo verían los socios de la Maxorata un acuerdo con Fonfín Chacón, líder en esa isla de la Federación Nacionalista Canaria. La respuesta era tan obvia que hasta la conocía el dirigente icánico. Chacón y Mario Cabrera, con sus respectivos equipos, están casi a partir un piñón, y de eso al acuerdo electoral no va ni un suspiro. Mauricio dijo que se alegraba, les animó y se marchó para Gran Canaria. Ya por el camino empezó a lanzar mensajes: “la cosa está chunga en la provincia de Las Palmas y hay que ir a un pacto con la FNC; ya he convencido a los de Asamblea Majorera, y ahora hay que hablar con Dimas”. Hablar con Dimas significa, dicho sea para los no iniciados, colocarle una bomba debajo del asiento de Juan Carlos Becerra, uno de los apoyos más firmes de Román Rodríguez, y uno de los objetivos inmediatos de Mauricio junto a Julio Bonis, la otra pata grancanaria de Román. El martes, en Gran Canaria, Carmelo Ramírez y Aureliano Francisco Santiago Castellano lo sentaron y le pidieron que se calme, que se centre (pero no en plan reformista) y que reme en la misma dirección. No les gusta a los icánicos grancanarios eso de la tercera vía, ni tampoco la segunda, la de que sea Adán Martín el candidato. Las encuestas y las palpitaciones hablan de batacazo en el caso de que Román no sea el elegido, pero quizá sea eso lo conveniente en el esquema mauriciano.