Vuelve la postguerra

Malos tiempos para las libertades fundamentales, que sufren atentados en proporción inversa al incremento del nerviosismo en las filas del Partido Popular. En Galicia se ha prohibido a los periodistas que trabajan en las dos teles públicas, la gallega y la delegación territorial de TVE, emplear el término “marea negra” para referirse al desastre que asola la costa de esa región. A cambio, todos los altavoces mediáticos al servicio y a sueldo del PP se ocupan de vaciar el cargador sobre la oposición y sobre todo aquél que tenga el atrevimiento de criticar la manera que ha tenido el Gobierno de gestionar esta crisis. Hemos descubierto, por ejemplo, que había presentadoras más fachas que Isabel San Sebastián. Pero mientras se amordaza a la prensa pública y se echa carnaza a la oficial, Álvarez Cascos elige Canarias para volver a soltar al doberman que la derecha lleva dentro. Lo peor no es que haya sido Cascos, al que le sienta muy bien el papel de represor franquista, lo peor es que detrás del ministro aparece, en el momento de la soflama, la nueva camada del PP canario riéndole la gracia. Los cachorros que maman de esta doctrina que tanto se asemeja a la que se impuso tras la guerra civil, son los que pretenden gobernarnos. Les podemos asegurar que algunas cosas tratan de hacer para emular a los consagrados maestros que tienen. Para temblar.