Un ascensor con vistas

Al final hubo ascensor en Las Rehoyas para su conexión con Schamann, un proyecto de la etapa de Emilio Mayoral que el ciclón Soria borró de un plumazo del concurso de ideas porque, quizás, le parecía una mala idea, con perdón para los que la tuvieron. Un ascensor el inaugurado este jueves que es horrible en lo estético, a juicio de muchos, pero útil, a juicio de los más pragmáticos. Pero un ascensor, a su vez, que no sirve para las personas de movilidad reducida, que ya han podido comprobar que el bordillo de la acera por el que se accede al artilugio no cumple con los requisitos de la supresión de barreras arquitectónicas, y tal y cual. Lo pudieron comprobar in situ los jugadores del Econi Sandra, que pasaban por ahí, vieron luz y focos y pretendieron entrar. Por no hablar de lo pegajoso de la pintura, que todavía estaba húmeda cuando Soria y la alcaldesa, a una respetable distancia de Álvarez Cascos, que ya regresaba a Madrid, inauguraron con tanto afán.