Con cara de yo no fui

No termina el culebrón de la UD Las Palmas, que nos ha tenido entretenidos todo el mes de agosto y promete seguir haciéndolo en las próximas semanas. No en lo deportivo, que también da mucho juego; ni en la política de fichajes, que tiene su coña marinera (lo del sueco con los ojos azules que acaban de traerse daría para un serial). Nos referimos a lo societario y al cabreo que tienen los dueños de la sociedad anónima deportiva. Publicamos el otro día que preparan para el 26 de septiembre un golpe de mano o recuperación del poder, pero no para ponerse ellos, sino para acabar con la influencia anguliana, que ni come ni deja comer. Lo publicamos y nos lo han desmentido en los periódicos de papel que se editan en Gran Canaria y que no lo habían publicado, lo cual está muy bien porque de este modo se incrementa notablemente el número de lectores que no conocían la cuestión y ahora la conocen gracias al desmentido. Estamos tranquilos porque todavía recordamos con qué contudencia nos han desmentido unas cuantas cosas que luego aparecen en primera página días después como si tal cosa. Para la tranquilidad de nuestros lectores debemos asegurarles que nuestras fuentes en este y en otros asuntos son buenas, muy buenas, y que basta con leer los desmentidos entre líneas para concluir que una cosa es desmentir y otra dar trigo.